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Villena

Opinión de Ernesto Pardo. EL TRAMOYISTA ACONCHADO

Me permito la licencia de usar el americanismo, aconchar, porque creo que es el término que mejor define al Gobierno Municipal de Villena y en especial la posición tomada por el Alcalde, pues significa esconderse o encerrarse, y esa es, precisamente, la forma que tiene de dar solución a algunos temas. Cuando se le pregunta algo que no quiere oír, no acepta la pregunta y, se atrinchera y cree que escondiendo la cabeza se olvidan los problemas. O en otros casos lanza la pelota al tejado de alguno de sus socios de gobierno para que sean ellos los que decidan.

El hecho de delegar en terceras personas, ciertas funciones, no quiere decir que le eximan de responsabilidad, sigue teniendo la misma, de cara a la ciudadanía. Lo que si ocurre es que ese delegar en terceros, muchas veces lleva consigo el tener que aceptar, como buenas, reacciones de otros, siempre y cuando, ¡claro está! que no se le desautorice en el momento oportuno. Pero también ocurre que en determinadas ocasiones no puede desautorizar porque su delegado tiene, de forma factitiva, más poder del que representa y su decisión en otros asuntos, no pactados, puede ser decisoria.

El tripartito, ese engendro, creado para la gobernabilidad de las instituciones democráticas concede, a los desaprensivos, una autoridad solapada, de tal magnitud, que puede condicionar la toma de decisiones, sino se tiene el valor y autoridad suficientes para hacer que prevalezcan los criterios defendidos por la primera autoridad.

Una muestra, clara, de lo expuesto sucedió, “no ha mucho tiempo”, en un lugar, no de la Mancha, sino, de la provincia de Alicante, llamado Villena, para la autorización de una corrida de toros para el día 7 de Septiembre. No volveré a relatar los hechos, por conocidos, pero si diré que es el ejemplo vivo de todo lo dicho y donde ha quedado más al descubierto que es más importante, “el sillón de la Alcaldía” que todo lo manifestado, creído, aireado y defendido durante toda una vida, como miembro representativo de Los Verdes.
Es tal la magnitud de este “dar la espalda” al problema por parte del Sr. Esquembre, enfrentándose incluso a Los Jóvenes Verdes, que surge una pregunta obligatoria ¿Tan grave es el compromiso con sus socios de VCD, que lo hacen quedar tan en ridículo ante el pueblo?.

Aseguro que he tratado, por todos los medios, de buscar una explicación que me hiciera poder defender la postura del Alcalde de Villena, pero he de reconocer que no he encontrado razón alguna donde basar mi defensa, pues tomó la decisión que en peor situación lo dejaba, no se si por orgullo o por ignorancia después de hacer publico que “no se haría la corrida por Decreto”.

Soluciones: si se hubiera abstenido, sin hacer declaraciones, dejaba la votación al resto de partidos que querían toros y que solamente les distanciaba el sistema de contratación y era problema de ellos ponerse de acuerdo. Pero Los Verdes estaban fuera y su actuación era consecuente. Y otra es, si cuando el Sr. Richart presentó el “Decretazo” lo desautoriza, queda intacta su imagen y sigue el problema en el tejado de los demás, no actuando él contra sus principios. La contratación fue lo mas anómala posible aunque el comentarista taurino que hizo en Villena la presentación del cartel Sr. Benlloch, calificara de elegante y feliz la estrategia para conseguir que se realice la corrida. Yo me pregunto ¿para quién?

El Sr. Esquembre, Patxi, falló estrepitosamente en sus declaraciones de “no hacer toros por Decreto”, falló en la decisión de no anular el “Decretazo” presentado por su delegado Sr. Richart y falló, de modo lastimoso, en la declaración realizada a los medios para tratar, sin conseguirlo, de justificar su proceder. De haber actuado de forma correcta Los Verdes no tendrían que remar contra corriente, Los Jóvenes Verdes, tendrían razón para manifestarse contra los toros, y ¡así no! Y la figura del Alcalde no estaría tan deteriorada como lo está en estos momentos. Todos estos supuestos serian validos, siempre y cuando la primera autoridad no estuviera de antemano, de acuerdo con sus socios en el modo de gestionar el asunto. Caso este que, también puede ser cierto y que, dejaría a Patxi, en bastante peor lugar y anularía, por completo, el intento de defensa que realiza de su proceder. Anotamos otro suspenso en su haber.

Ernesto Pardo


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