Las Elecciones al Parlamento Europeo se encuentran a la vuelta de la esquina y, por ello, me veo obligado a exigir a los representantes españoles la necesidad de posicionar a la agricultura como un eje fundamental en sus propuestas y proyectos, puesto que es desde Bruselas, desde donde se toman las principales decisiones que afectan al futuro y la estabilidad del sector agropecuario en nuestro país, uno de los principales sustentos de nuestra economía.
Nuestros representantes deben tener en cuenta el peso específico que tiene la agricultura en el conjunto de la Europa Comunitaria. España y nuestros parlamentarios europeos tienen que colocar a la agricultura entre las principales prioridades de gobierno, al igual que lo hizo el Gobierno francés, que es un claro ejemplo en la defensa y el impulso de la agricultura como base principal de su economía. Es necesario que se contemple al sector primario como un sector estratégico y es absolutamente imprescindible que, de una vez por todas, en esta próxima legislatura se aborde el tema de los precios en origen en campo. De nada sirve una política agraria común (PAC) basada en mejorar la renta de los agricultores, cuando el principal problema sigue siendo el bajo precio del producto en origen que percibe el agricultor. Es en Bruselas desde donde ha de marcarse como primer objetivo la intervención en los abusivos precios que recibe el agricultor en origen. Por ello, exigimos a la Administración la necesidad imperiosa de establecer una Ley de Márgenes Comerciales como uno de los pilares básicos para que los agricultores puedan continuar con su actividad. Tienen que cesar ya los abusos de las grandes distribuidoras y de los intermediarios. Es primordial que desde Europa se tenga voluntad en afrontar esta iniciativa porque, de no ser así, la agricultura no tiene futuro.
Otra de las medidas que los políticos deben priorizar en su programa electoral son las soluciones efectivas para la reducción de los costes de producción. En particular, el reestablecimiento de las tarifas especiales para riego. Y es que, la liberalización del Mercado Eléctrico en España ha supuesto un estacazo definitivo para el sector. Se prometió liberalización de mercado para la libre competencia pero lo cierto es que en nuestro país existe un monopolio abusivo de la electricidad, por el cual dos mercantiles eléctricas controlan el 76% del mercado. Por tanto, ¿dónde está la libertad de mercado? No hay una garantía de competencia, no hay una liberalización de mercado real ¿Acaso es libertad de mercado un incremento del coste de la electricidad para el agricultor del 70%? Esta medida ha supuesto un duro golpe para el sector y el consecuente abandono de campos por agricultores ahogados por los gastos. Es vital que el agricultor vuelva a disfrutar de las tarifas que históricamente siempre ha tenido.
La derogación de la normativa restrictiva que circula en el Parlamento Europeo para reducir al máximo los productos fitosanitarios que se utilizan en la producción de agricultura convencional es otro de los temas que nos preocupa. Esta normativa implicaría que determinados cultivos quedasen sin tratamiento, y eso es una auténtica aberración. Desde ASAJA pedimos una lista abierta de productos fitosanitarios a utilizar siempre que cumplan unas determinadas condiciones. Consideramos primordial mantener una seguridad alimentaria y por ello nos vemos obligados a exigir un mayor rigor técnico y científico para las producciones. En Europa se tienen que poner en marcha iniciativas legales para impedir la entrada de productos de terceros países que no cumplan toda la normativa comunitaria en materia de calidad y seguridad alimentaria. Es necesario que se ponga en marcha un protocolo para la inspección en puertos de control del producto que se importa a Europa.
La restricción de contingentes ante productos que producen e importan terceros países es otra de las medidas que pedimos que llegue al Parlamento a través de los políticos españoles. La entrada totalmente descontrolada de producto de terceros países está arruinando a muchos de nuestros agricultores. Un claro ejemplo es el tomate, cuyo precio está por los suelos ante la masiva importación a bajo precio que hace Marruecos. Creemos que es necesario que se establezca una norma clara y estricta que prohíba la entrada de alimentos de productos de terceros países si aún no se han consumido los productos producidos en el conjunto de la Unión Europea. Y para llevar un mayor control del contingente deben reducirse al máximo los aranceles e intensificar los controles en los puertos.
Muchas son las dificultades a las que se enfrenta hoy nuestra agricultura, pero esta situación puede mejorar notablemente si nos dejan de poner trabas y se establecen ayudas de fondo que refloten al sector primario. Nuestros representantes deben acudir en las a las Elecciones al Parlamento Europeo con reivindicaciones claras y contundentes encaminadas a establecer una política estratégica de nuestro campo. De momento y, hasta la fecha, no he oído a ningún candidato pronunciarse sobre lo que verdaderamente nos importa, la agricultura.
Eladio Aniorte Aparicio. Presidente de Jóvenes Agricultores- Asaja Alicante


