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Opinió Villena

“Seguimos”, por Gonzalo Trepaderne

SEGUIMOS.

Después de un buen verano, dicen quienes nos gobiernan o quieren gobernarnos que debemos prepararnos para un otoño y un invierno difíciles.
Que las subidas del precio del gas y de la luz harán aconsejable que en nuestros hogares bajemos algún grado la calefacción y encendamos los interruptores solo lo justo.
Esto, aunque empresas como Iberdrola, Endesa y Naturgy, entre otras, hayan aumentado su cuenta de beneficios durante el primer semestre del año en un 24% con respecto al mismo periodo del año anterior. Pues nada, nos reconfortaremos con recuerdos de los días pasados en playas o piscinas, las olas de calor, la lluvia de perseidas con luna llena de agosto, amaneceres tempranos y puestas de sol tardías, y las bombillas de las calles y plazas en ambiente festivo.

También dicen que el precio de los carburantes seguirá siendo alto (mientras grupos empresariales que lideran su mercado a nivel mundial como Vitol o Trafigura, con sede en el paraíso fiscal de Suiza, “han visto crecer sus ganancias —según el Editorial de El País del sábado 17 de septiembre— hasta niveles inéditos”).

Así es que intentaremos ahorrar diésel o gasolina compartiendo coche o yendo a los sitios en transporte público, en bici o andando, y sustituiremos los viajes largos de placer por escapadas más cerca, que también tendrán su encanto.

Auguran, por lo demás, que el precio de la cesta de la compra no dejará de vérselas con una alta inflación (a pesar de que, por ejemplo Glencore, considerada la principal multinacional dedicada a la compraventa y producción de materias primas y alimentos del mundo, se anotó —según el mismo artículo— un beneficio de 19.000 millones de euros en la primera mitad de este año).

Entonces quizá haya que dejar en la estantería del súper lo superfluo y complacerse con más ricos platos a base de legumbres, patatas, arroz o pasta; carnes o pescados que estén a buen precio; ensalada de la huerta; verduras y frutas de estación y proximidad…

En fin, que mientras los de arriba continúan con sus componendas, a los de abajo nos toca pagar la siguiente ronda (al igual que la de ahora y la anterior). Pero hemos demostrado con creces (especialmente en los últimos tiempos) que somos trabajadores, fuertes y solidarios, y que tenemos una gran capacidad de aguante, incluso con el lastre de aprovechados u oportunistas. No vamos a olvidar que sabemos disfrutar de las cosas sencillas. Y si algo se complica, recordaremos que después de la noche siempre llega el día, y que tras el otoño y el invierno, vendrá de nuevo la primavera.

 


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