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Aspe

Este sábado se ordenan dos nuevos diáconos en la Diócesis de Orihuela-Alicante

Almoradí acoge esta solemne ceremonia presidida por el obispo diocesano monseñor José Ignacio Munilla

Víctor Juan Gómez, de Catral, y Antonio Javier Villalba, de Aspe, serán ordenados diáconos como último paso previo al sacerdocio

Este sábado 18 de marzo la Diócesis de Orihuela-Alicante contará con dos nuevos diáconos. De manos del obispo diocesano, monseñor José Ignacio Munilla, dirán “sí” al diaconado, la fase previa al sacerdocio, Víctor Juan Gómez y Antonio Javier Villalba. Será a las 11:00 h en la parroquia San Andrés Apóstol de Almoradí, acompañados por sus familiares, amigos, seminaristas y sacerdotes.

Para estos dos seminaristas comienza así una nueva etapa “de prácticas pastorales” antes de su ordenación sacerdotal. Abandonarán los horarios y las clases en el Seminario para enfrentarse al que será, de ahora en adelante, su día a día. El trabajo diario en la parroquia, el contacto con la gente, los proyectos pastorales…

El más joven de ellos es Víctor Juan Gómez que, con 25 años y nacido en Catral, tras su ordenación como diácono será enviado a Almoradí donde, según sus propias palabras, espera “dejarse sorprender por la voluntad del Señor y vivir la experiencia profundamente para prepararse para el sacerdocio”. Víctor entró al Seminario a la pronta edad de 11 años y fueron muchos los factores que le llevaron a dar ese paso. “Lógicamente no tenía claro que quería ser cura, pero sí que es verdad que en mi interior estaba la posibilidad de que el Señor me llamara a serlo y el mejor lugar para discernir esa pregunta era el Seminario” explica. “Desde bien pequeño surgió en mí la pregunta de si Él me llamaba al sacerdocio y en todos estos años de Seminario he ido poco a poco conociéndole más, a través de tantos momentos, y de tantas personas. En definitiva puedo decir que Jesucristo siempre ha estado presente en mi vida y que ya no la concibo sin ÉL” añade.

Por su parte, Antonio Javier Villalba, con 30 años y nacido en Aspe, estará destinado como diácono a Catral. Se decidió por el sacerdocio a los 23 años empujado por la necesidad de dar un nuevo sentido a su vida. De estos meses como diácono espera “servir a la Iglesia como ella se merece y como quiere ser servida, en la predicación de la Palabra, en el servicio al Altar, en los mas necesitados, sirviendo a la comunidad, pero, sobre todo, pudiendo estar al lado de todos aquellos que lo necesiten”. Y cuando se le pregunta si recomendaría esta experiencia vocacional a otros no duda: “por supuesto, todo aquel que sienta que Dios lo llama a ser sacerdote, mi recomendación personal es que no tenga miedo, porque es una vida maravillosa, no sin sufrimientos, no sin Cruz, como cualquier cristiano, pero de todos mis años de Seminario, no me arrepiento de ninguno de ellos. Han sido unos años muy felices”.

De este modo, a Víctor y Antonio les esperan unos meses de intenso trabajo tras los que volverán de nuevo ante su obispo para dar el ”sí” definitivo a la Iglesia Católica. Será entonces cuando den el último paso ante el sacerdocio. La Diócesis de Orihuela-Alicante contará en ese momento con dos nuevos sacerdotes cargados de juventud y de energía para ser fieles misioneros de Cristo.

“Agradezco la labor generosa de todos los que han colaborado con Dios para hacer posible estas dos ordenaciones: las familias de los candidatos, los formadores del Seminario, parroquias, sacerdotes, laicos, consagrados, y personas pertenecientes a diversos grupos eclesiales que les han acompañado en este proceso vocacional” afirma el obispo diocesano, D. José Ignacio Munilla en sus palabras de invitación a la ceremonia del sábado en Almoradí. “Y os pido una oración constante por los que van a ser ordenados, por su fidelidad y entrega generosa a la Iglesia” añade.

 

¿QUÉ SIGNIFICA SER “DIÁCONO”?

Diácono es una palabra que proviene del griego y significa “servidor”. Su misión principal consiste en asistir al Obispo y a los sacerdotes ayudándoles en la predicación del Evangelio y en el servicio a los más pobres. Los diáconos, a diferencia de los presbíteros (los sacerdotes) ni celebran la Eucaristía (aunque ayudan a dar la comunión), ni confiesan a los fieles. Sí pueden administrar el sacramento del Bautismo y del Matrimonio, celebrar exequias y llevar la comunión a los enfermos.

 

 

 


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