- Es una de las primeras Áreas de Tratamiento Intraocular (ATRIO) de la Comunitat diseñada como sala blanca, con sistemas de filtración de aire de alta eficiencia
- Con esta infraestructura, que facilita el diagnóstico y tratamiento de pacientes en el mismo día, se liberan los quirófanos centrales para cirugía mayor oftalmológica
El Servicio de Oftalmología del Hospital General Universitario Doctor Balmis ha administrado 4.200 inyecciones intraoculares en el primer año de funcionamiento de una nueva infraestructura concebida como Área de Tratamiento Intraocular (ATRIO).
Según el jefe del Servicio de Oftalmología, el doctor Juan José Pérez Santonja, “la puesta en marcha de esta unidad se produjo el año pasado y ha sido paulatina. Actualmente está en funcionamiento dos días a la semana, lo que supone realizar unos 250 tratamientos al mes, pero en un futuro cercano funcionará tres días a la semana, con una capacidad de 360 inyecciones mensuales y 4.200 inyecciones al año”.
Esta dotación supuso una inversión de 250.000 euros, que resultan de la reforma de la infraestructura y del equipamiento. Se trata de una de las primeras Áreas de Tratamiento Intraocular (ATRIO) de la Comunitat Valenciana diseñada como sala blanca, con sistemas de filtración de aire de alta eficiencia para eliminar partículas contaminantes, tales como microorganismos suspendidos en el aire o polvo.
En esta sala de quirófano se llevan a cabo tratamientos que se basan en la administración intraocular de inyecciones, dirigidas a atender las tres enfermedades de la retina más frecuentes que afectan a la mácula (la parte más noble de la retina): degeneración macular asociada a la edad (DMAE), edema macular diabético y oclusiones de venas retinianas. En este dispositivo se atiende principalmente a pacientes con DMAE, la causa de ceguera más frecuente en los países industrializados y de prevalencia especialmente alta a partir de los 65 años.
“Son enfermedades que tenían un pronóstico limitado con las antiguas opciones terapéuticas, pero desde hace unos años han surgido estos tratamientos que mejoran y ralentizan la evolución de la enfermedad, aunque no la curan, por lo que suelen ser tratamientos crónicos y, en ocasiones, de por vida”, ”, ha señalado el doctor Pérez Santonja.
Esta unidad de tratamiento, en la que interviene personal médico, de Enfermería, TCAE y administrativo, “pretende dar respuesta a la creciente demanda asistencial que se ha producido en los últimos años en patología retiniana, dado que se trata de patologías de alta prevalencia, con una importante repercusión en la visión y con necesidad de múltiples visitas exploratorias y tratamientos”, ha apuntado el jefe de servicio.

Asistencia de acto único
Asimismo, el hecho de contar con unas instalaciones propias ha permitido implantar la asistencia de acto único, es decir, realizar en el mismo día la exploración, diagnóstico y tratamiento a los pacientes, lo que supone la optimización de los recursos. “Esto permite agilizar la atención y evitar las demoras, ofreciendo al paciente una respuesta adecuada a su patología, evitando que ésta evolucione desfavorablemente”, ha subrayado el doctor.
Además, este recurso permite liberar quirófanos centrales con los que cuenta el Servicio de Oftalmología y destinarlos a intervenciones de cirugía mayor oftalmológica.
El área cuenta con un acceso adaptado para personas con movilidad reducida y está dividida en dos partes, una zona de consulta y la sala donde se realizan las inyecciones intravítreas o Área de Tratamiento Intraocular (ATRIO).
Esta última es una unidad de alta gama que consta de una sala blanca, especialmente diseñada para obtener bajos niveles de contaminación, con una calidad de aire de grado D, en cuyo interior se encuentra una estructura de arco, que genera un flujo laminar de aire filtrado de grado A, que actúa como barrera y representa el grado más alto de limpieza del aire para cumplir los requisitos más estrictos.
Además, la sala dispone de presión positiva, de tal manera que el aire limpio que entra, proporciona una atmósfera que, por su presión mayor a la del entorno, impide la entrada de contaminantes al habitáculo de trabajo, lo que permite a los profesionales sanitarios realizar la intervención ocular con la máxima seguridad gracias a la limpieza del ambiente.


