VARIOS FRENTES IMPORTANTES
El 7 de octubre de 2024 el grupo terrorista Hamas perpetró una serie de brutales ataques en territorio de Israel que costaron la vida a más de 1000 civiles y la toma de 251 rehenes. Como respuesta, el gobierno de Benjamín Netanyahu declaró el estado de guerra en la Franja de Gaza. Desde entonces, ha llevado a cabo una destrucción masiva de edificios e infraestructuras esenciales para tomar el control de la capital que ha supuesto la muerte de más de 65.000 palestinos (un tercio de los cuales serían niños y ancianos) y el desplazamiento forzado de casi 2 millones, sin un lugar de acogida y sin apenas ayuda humanitaria. Este viernes, el ejército israelí dio por terminado el plazo de 48 horas para que las 500.000 personas que aún quedan en la capital la abandonaran por la única carretera disponible, anunciando una ofensiva sin precedentes contra quienes se quedaran.
Esta campaña de devastación y matanza de inocentes, junto con la que está perpetrando Putin en Ucrania, acaparan la mayor parte de atención de la opinión pública en relación con las acciones bélicas más graves acontecidas en los últimos tiempos.
Sin embargo, en Sudán, desde abril de 2023, está teniendo lugar una guerra civil que, tal y como advierte Amnistía Internacional, ha causado la muerte de decenas de miles de personas y el desplazamiento interno de más de 11 millones. En su Consejo de Seguridad celebrado el pasado 19 de septiembre, la ONU alertó de que allí más de 15 millones de niños necesitan ayuda humanitaria y un tercio sufre desnutrición aguda. En Yemen, según ACNUR, desde 2015 está produciéndose otra de las peores crisis humanitarias de la historia, con 4,8 millones de desplazados y más de dos tercios de la población viviendo bajo el umbral de la pobreza. La misma Agencia para los Refugiados, informa de que más de 7,8 millones de personas se encuentran desplazadas en República Democrática del Congo debido a la violencia indiscriminada que afecta a todo su territorio, con cientos de miles de ellas padeciendo graves dificultades para conseguir un plato de comida diario o un refugio digno.
Más allá de lo anterior, la ONG Intermon Oxfam, en un informe titulado Food Wars (Guerras alimentarias), señala que entre 7.000 y 21.000 personas mueren cada día de hambre en países afectados por conflictos.
Ante este panorama, ¿Qué puede hacer la ciudadanía? ¿Qué hacen los representantes políticos o institucionales? Conviene tener presentes semejantes preguntas y las respuestas que se van dando (con sus consecuencias prácticas). Atañen directamente a lo que consideramos “humanidad” o capacidad de sensibilizarnos ante las desgracias de nuestros semejantes.
Gonzalo Trespaderne Arnaiz
