Salió de nuevo Elorriaga, secretario de Comunicación del PP, a confirmar lo que era la comidilla después del interés mostrado por Rajoy para enfrentarse, por tercera vez, a ZP; asegurando que quizás el líder popular se anticipó al autoproclamarse, casi, candidato y azote de los socialistas durante los cuatro próximos años.
Las palmas y los abrazos en el bando «rojo» (ahora explico lo de las comillas) han llegado a continuación; no contentos con atar en corto a Rajoy, un diario afín a las tesis populares ofrecía ayer una encuesta en la que más de la mitad de seguidores populares quiere que continúe el líder popular y, para más inri, que intensifique su campaña negativa, o sea «más palo y tentetieso».
Tal encuesta tiene sólo dos posibles lecturas: la primera es la deriva del PP hacia la derecha más rancia que todavía califica a los socialdemócratas, progresistas y liberales como «rojos» (lo de las comillas venía por esto). La otra lectura es realmente maquiavélica; ¿será posible que con estos datos Pedro J. quiera cargarse a Rajoy definitivamente?. Está claro que alguien en el PP, viendo la que está cayendo, debe tomar la responsabilidad de redirigir al Partido hacia posiciones más realistas con los tiempos que corren; de otra forma no se entendería que quisieran atraerse al electorado de centro, aumentando su campaña negativa en la próxima legislatura, sobre todo si entendemos que el talante va calando hondo y ha demostrado tener cientos de miles de seguidores.
Creo que los seguidores de Rajoy se equivocan porque no han digerido todavía los resultados, que por otra parte no han sido malos. Si me lo permiten les ofrezco un consejo de parte de un técnico: cuanto más arrecien sus ataques, más negativos sean y más apelen al miedo, más movilizarán el voto «rojo»; ahora que estamos en Semana Santa viene bien el dicho de que «en el pecado llevarán su propia penitencia».
Francisco Roldán
Pte. de la Asociación Española de Consultores Políticos


