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Feijóo apuesta por el alcalde de Finestrat, Juan Francisco Pérez Llorca, como relevo de Mazón para iniciar las negociaciones con Vox

Alberto Núñez Feijóo ha movido ficha en la crisis abierta en la Comunidad Valenciana tras la dimisión de Carlos Mazón. El líder del PP ha propuesto este martes a Juan Francisco  Pérez Llorca, actual secretario general del PP valenciano y portavoz del Grupo Popular en Les Corts, como candidato para sucederle al frente de la Generalitat, en un contexto marcado por la presión de Vox y el debate sobre un posible adelanto electoral.

 

La decisión se ha comunicado al propio Pérez Llorca y a la dirección del PPCV después de varios días de contactos internos y de mensajes de calma por parte de Génova, que se resistía a alimentar la sensación de vacío de poder en plena negociación con su socio parlamentario. El nombramiento llega, además, con el reloj institucional en marcha: el calendario para el registro de candidaturas y la amenaza, desde la oposición, de exigir elecciones anticipadas si el relevo se enquista.

Pérez Llorca, de 49 años, nació en Finestrat (Alicante), municipio del que es alcalde desde 2015, y construyó su carrera política en el ámbito local antes de convertirse en uno de los hombres de máxima confianza de Mazón. Empresario de origen y militante del PPCV desde 2003, fue escalando posiciones hasta convertirse en coordinador provincial, luego en secretario general del partido en la Comunitat y, finalmente, en portavoz del PP en Les Corts.

En Génova y en el PPCV se le ve como un candidato de “transición” capaz de pilotar el tramo final de la legislatura hasta 2027 sin abrir una guerra interna por la sucesión. No tiene un perfil excesivamente mediático ni polarizador, pero sí una larga trayectoria de fontanería orgánica y parlamentaria, acostumbrado a negociar en despachos más que a librar batallas en los platós. De hecho, ya fue el encargado de tejer acuerdos clave en la Cámara cuando el pacto con Vox se rompió y el PP pasó a gobernar en solitario, tratando de garantizar la estabilidad legislativa en plena reconstrucción tras la DANA que golpeó a la región.

El relevo en la presidencia de la Generalitat no se entiende sin la tragedia de la DANA, que dejó centenares de fallecidos y abrió un intenso debate político y judicial sobre la gestión de la emergencia por parte del Consell. Mazón, debilitado por las críticas de la oposición y el avance de la investigación judicial, terminó presentando su dimisión, pese al cierre de filas previo del PP valenciano y de la dirección nacional.

La oposición —especialmente el PSPV-PSOE y Compromís— lleva meses reclamando responsabilidades políticas y ha agitado la bandera de un adelanto electoral, argumentando que el gobierno nacido en 2023 ha quedado deslegitimado por la gestión de la catástrofe. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado además el contexto para insistir en la necesidad de que los valencianos puedan votar de nuevo y “romper la mayoría negacionista” que, a su juicio, conforman PP y Vox en la Comunitat.

La designación de Pérez Llorca no sólo mira hacia dentro del PP. Está pensada también para reforzar el puente con Vox, imprescindible para que el nuevo candidato logre la investidura en Les Corts, dado que los populares no alcanzan la mayoría absoluta. Pérez Llorca fue uno de los protagonistas de las negociaciones que hicieron posible el anterior acuerdo de gobierno y los presupuestos autonómicos, lo que le ha granjeado una relación fluida con los dirigentes valencianos del partido de Santiago Abascal.

Desde Vox, sin embargo, han ido marcando distancias en los últimos días. Su síndic en Les Corts, José María Llanos, subrayó que hasta ahora sólo ha habido “contactos” y que las negociaciones formales para el relevo de Mazón no arrancarían hasta que el PP pusiera un nombre encima de la mesa. La apuesta por Pérez Llorca cumple precisamente esa condición y despeja el primer obstáculo para sentarse a hablar.

Fuentes del PP asumen que Vox intentará aprovechar el momento para endurecer sus exigencias, tanto en materia migratoria como en políticas ambientales, áreas en las que ya ha presionado al anterior Consell. La dirección nacional popular insiste, en cambio, en que cualquier acuerdo se mantendrá dentro del marco constitucional y de los compromisos europeos, y en que el objetivo prioritario es garantizar la estabilidad hasta el final de la legislatura.

Mensaje de continuidad y dudas sobre el congreso del PPCV

Con Pérez Llorca, Feijóo lanza un doble mensaje: continuidad con el proyecto político que Mazón inició en 2023 y contención de las tensiones internas en el PPCV. El nuevo candidato es, en la práctica, el heredero orgánico del expresident y ha sido su número dos tanto en el partido como en la estrategia parlamentaria, lo que evita una batalla inmediata por el liderazgo regional.

Queda en el aire, no obstante, el calendario del congreso autonómico del PP valenciano, aplazado en varias ocasiones con el argumento de no interferir en la reconstrucción tras la DANA. La designación de un presidente “de transición” hasta 2027 abre la puerta a que el debate interno se posponga de nuevo y se traslade al día después de las próximas elecciones autonómicas, cuando el partido decida si consolida la apuesta por Pérez Llorca o activa un relevo más profundo.

Por ahora, la prioridad pasa por una ecuación mucho más inmediata: amarrar los votos de Vox, superar la investidura sin sobresaltos y convencer a la opinión pública de que el cambio de rostro al frente de la Generalitat no es el preludio de un adelanto electoral, sino la fórmula que ha elegido el PP para agotar la legislatura con un perfil discreto, negociador y de consenso.


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