El agua volvió a situarse como asunto prioritario: Pérez reafirmó el apoyo de la Diputación al Trasvase Júcar‑Vinalopó, calificándolo de ejemplo de “consenso, solidaridad y generosidad”. Criticó las “presiones políticas” que, a su parecer, están afectando la gestión hídrica y reclamó “caudales necesarios, de calidad y sostenibles” para la provincia.
Además, advirtió que sin agua “quien tiene un problema es toda España”, subrayando que la defensa del agua va más allá de la agricultura, puesto que repercute también en industria, turismo y cohesión territorial.
En materia de infraestructuras, Pérez señaló que la Diputación ha movilizado más de 520 millones de euros este año, pese a las restricciones, y que hay “prioridad” para conectividad digital en municipios del interior, redes viarias y abastecimiento de agua.
Sobre el desarrollo del nuevo palacio de congresos para la provincia, recordó que ya se ha iniciado la fase de anteproyecto y se trabaja en conseguir la financiación estatal y autonómica necesaria, con el objetivo de lanzar un concurso internacional de ideas.
En cuanto a los programas de apoyo a los municipios como Plan + Cerca y el BonoConsumo, reconoció que han sido útiles, pero subrayó que las reglas actuales que impiden gastar remanentes “limitaban su alcance” y anunció que se revisarán los criterios de acceso para favorecer a los municipios más vulnerables.
Pérez apuntó que se están impulsando acciones específicas para los núcleos rurales y pequeños municipios: digitalización, mejor conectividad física y servicios básicos reforzados funcionan ya como “vacuna contra la despoblación”.
En el ámbito turístico, destacó que la provincia vive un año excelente pero recalcó la necesidad de diversificar la oferta. Anunció una apuesta decidida por el turismo de interior, el cultural y el deportivo como complemento al tradicional modelo de sol y playa.







