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Elda

EL CASINO ELDENSE A TRAVÉS DE SU HISTORIA

EL CASINO ELDENSE A TRAVÉS DE SU HISTORIA

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En la centenaria historia del Casino Eldense podemos diferenciar dos
grandes etapas. La primera, situada hacia la séptima década del siglo XIX, de breve
vida, pero que sirvió de germen para su posterior arraigo; y la segunda, sin
solución de continuidad con la anterior, iniciada al albor del siglo XX, y con una
trayectoria mas que centenaria, que surca el siglo XXI con aires de renovación,
apertura y adaptación a las necesidades socioculturales de la sociedad eldense.
1. EL ORIGEN (1863)
El origen de la actual Sociedad Artístico-Cultural Casino Eldense hay que
retrotraerlo al año 1863, cuando un grupo de vecinos bienestantes, ligados todos
ellos a la producción agraria, constituyeron un casino, en tanto que club de amigos
para recreo y solaz de los socios.

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Hace 141 años, corría el verano de 1863; al reinado de Isabel II le quedaban
escasos cinco años para sucumbir ante la revolución de septiembre, a la que
posteriormente se le denominó “La Gloriosa”. En Madrid, el llamado “Gobierno
largo” del general Leopoldo O’Donell (1858-1863) tocaba a su fin. En la entonces
villa de Elda, a la que hacía escasamente cuatro años que había llegado el
ferrocarril y que se afanaba por olvidar y superar las graves secuelas de la guerra
civil desarrollada entre 1833 y 1840, la máxima magistratura municipal la
detentaba José Amat y Sempere, abogado de reconocido prestigio político, adscrito
al partido gubernamental de la Unión Liberal. Contaba la villa con un censo de unos
4.085 vecinos. El presupuesto municipal para ese año ascendía a la cantidad de
73.525,84 reales, unas 18.381,46 pesetas de las posteriores a1 1869.
El panorama económico eldense estaba en pleno proceso de transformación.
A pesar del predominio económico de la agricultura durante el tercer cuarto del
siglo XIX, que venía a ocupar en 1875 al 79’11 % de la población activa, en calidad
de jornaleros; el sector agrario daba muestra de anquilosamiento, siendo incapaz
de proporcionar empleo continuo a la población activa y abocando a un buen
número de brazos a la emigración. Frente a este sector, la producción de calzado, si
bien todavía en un estadio artesanal, se iba consolidando como un sector pujante
que, en la fecha indicada, daba trabajo al 9’82 % de la población activa. Actividad
económica que, como puso de manifiesto el profesor Valero Escandell (1980; 1992)
constituía un mundo semicerrado circunscrito al ámbito familiar y doméstico, sin
2
maquinaria, en el que las mujeres, niños y ancianos jugaron un papel fundamental
en la ampliación de la producción.
Como toda manifestación humana, la constitución de esta sociedad no debió
surgir de forma esporádica o de un día para otro. Fue necesario un proceso
temporal y orgánico que permitió fraguar la idea, materializarla y consolidarla.
Por desgracia las noticias documentales de este momento son escasas,
circunscritas únicamente a un precontrato de arriendo y al contrato de alquiler del
inmueble donde se estableció la sede de la sociedad. Por lo que, en el estado actual
de la investigación, es imposible conocer mas allá de lo contenido en dichos
documentos.
Así, el martes día 14 de julio de 1863 vemos a José Amat y Sempere, Justo
Navarro, Francisco Maestre, Gregorio García y Juan Amat y Quesada, todos vecinos
de Elda, y en calidad de representantes del resto de socios, proceder a la firma de
un contrato privado de alquiler de una casa en la calle Nueva, nº 14. Inmueble
propiedad de los duques de Fernán-Núñez1, representados por Miguel Gerónimo
Amat Peiró, administrador de las rentas de los duques en las villas de Elda, Petrel y
Salinas.
En este precontrato se establecían las condiciones básicas por las que se
regirían ambas partes, y que posteriormente quedaron ratificadas en el contrato de
alquiler propiamente dicho. A saber:
― Se estipula un periodo de arriendo de seis años, a contar desde el 1 de
julio de 1863 hasta el 30 de junio de 1869.
― El precio del arriendo asciende a 900 reales de vellón anuales, pagaderos
de forma semestral, y por anticipado.
― La propiedad del inmueble se obliga a correr con los gastos necesarios
para la conservación del edificio, pero no los devengados de su adecuación como
Casino ni al pago de las contribuciones.
― No se arrienda el inmueble completo, sólo la parte de habitación de la
casa, sita en la primera planta, la bodega o tinajero, el patio, la cuadra y el corral
trasero, quedando excluida la almazara, en desuso y situada en la planta baja.
1 Casa nobiliaria a la que quedó incorporado el título condal de Elda, en 1821, por el matrimonio de
Felipe María Osorio y Castelví, XIV conde de Elda y conde de Cervellón, con Francisca Gutiérrez de los
Ríos y Solís, duquesa de Fernán-Núñez. La hija de ambos Mª del Pilar Loreto Osorio y Gutiérrez de los
Ríos, duquesa de Fernán-Núñez, que ostentaba en 1863, entre otros muchos, el título de XV condesa de
Elda, casó con Manuel Pascual Falcó d’Adda (Segura y Poveda, 1999).
3
La validez de este contrato privado quedaba supeditada a la aprobación del
mismo por parte de Tomás Martínez de León, apoderado general de los duques de
Fernán-Núñez en las provincias del antiguo reino de Valencia. Conformidad
otorgada el día siguiente, con la incorporación de una cláusula por la que el titular
de la propiedad se reserva el derecho de venta del inmueble, obligándose a
comunicar a la sociedad dicha transmisión con tres meses de antelación.
Tras la aprobación del precontrato, el jueves día 6 de agosto se formaliza
dicho acto mediante el otorgamiento de escritura pública de arriendo ante el notario
José Pérez. Al igual que en la anterior ocasión comparecen de una parte Miguel
Gerónimo Amat, en representación de la propiedad y, en esta ocasión, acreditando
los poderes legales necesarios; y por parte de la sociedad del Casino comparecen,
de nuevo, los mismos socios, si bien en esta ocasión sólo figuran tres de ellos José
Amat y Sempere, Gregorio García y Linares y Justo Navarro y Guerra.
En el contrato público de inquilinato se hace constar idéntico importe y
periodo de arriendo, así como las mismas estipulaciones de arriendo ya
establecidas en el precontrato de fecha 14 de julio.
Dado que dicha escritura fue firmada en Petrel, lugar de residencia de Miguel
Gerónimo Amat, actuaron de testigos Gabriel Poveda y Poveda, posadero, y José
Galiano y Navarro, molinero de harina, ambos vecinos de la citada villa.
1.1. Nombres para el primer Casino Eldense
En este punto, debe asaltar al lector, al igual que a los autores, un buen
número de preguntas sobre quiénes integraban dicho casino; quiénes eran las cinco
personas que actuaban en representación del resto de socios; o, si tuvo continuidad
dicha sociedad. Por parte de la propiedad comparece:
• Miguel Gerónimo Amat Peiró (1804-1868) que como ya hemos comentado era
administrador de las rentas de los duques de Fernán-Núñez en la villas del
condado de Elda2. Abogado, natural y vecino de Petrel, casó en 1830 con
Dolores Maestre Pérez. Padres de Miguel3 y de Enrique Amat y Maestre.
Mientras que por la parte de los inquilinos comparecen:
2 Su relación con la administración y gestión de las finanzas señoriales en el condado de Elda le viene de
tradición familiar, pues su padre Gerónimo Amat y Planelles ya estuvo ligado a la administración del
señorío, habiendo sido colector de las rentas señoriales entre 1781 y 1792 (Segura y Poveda, 1999: 76).
De igual modo otro Gerónimo Amat, su abuelo, aparece mencionado como escribano de Petrel en
proceso de amojonamiento y deslinde del marquesado de Noguera (act. Santa Bárbara) (Amat y
Sempere, 1983 II: 280)
4
• José Amat y Sempere (1826-1902), casado, de 36 años, alcalde de la villa.
Abogado y notario, destacó por su actividad en la política municipal, en la que
desempeñó el cargo de alcalde en varias ocasiones4, y en la política provincial y
nacional, llegando a ser diputado a Cortes en 1871,1872 y entre 1876-1878;
integrado primero en la Unión Liberal de O’Donell y, posteriormente, en el
Partido Conservador de Cánovas del Castillo (Fillol Martínez, 1985: 211-214;
Navarro Pastor, 2000: 235-238).
• Gregorio García Linares, casado, propietario, de 30 años y residente en la calle
San Francisco. Amigo personal de Lamberto Amat y Sempere, quien en alguna
ocasión llegó a representarle legalmente, como cuando el primero alquiló, en
1861, a los duques de Fernán-Núñez, la llamada Casa de la Señoría, en Elda.
• Justo Navarro y Guerra, farmacéutico, vecino de Elda, casado, de 37 años, del
que desconocemos otros datos biográficos.
• Juan Amat y Quesada, hacendado, tío de Juan Rico y Amat5 y estrecho
colaborador de Lamberto Amat y Sempere en la elaboración del Libro de Aguas
de Elda (1857), por el que se ordenaba el uso y aprovechamiento del agua de
riego.
• Francisco Maestre, abogado, vecino de Elda, del que ignoramos su segundo
apellido. Si bien, hacía la séptima década del siglo XIX, son varios los eldenses
que compartían el mismo nombre y primer apellido, sin duda a este Francisco
Maestre hay que identificarle con la misma persona que en 1862 recibe poderes
legales por delegación de Tomás Martínez de León, apoderado general de los
duques de Fernán-Núñez, para que le sustituya en juicios verbales,
conciliaciones y demás pleitos que surgieran en Elda; y, con el Francisco
Maestre Algarra6 que, en 1864, alquila a los duques de Fernán-Núñez la casa de
Santa Bárbara y ermita anexa, teniéndola arrendada hasta 1880, cuando la
adquiere en pública subasta (Segura Herrero y Poveda Poveda, 1999: 83).
A este respecto, ignoramos por el momento si este Francisco Maestre Algarra es
el mismo o mantiene alguna relación de parentesco familiar, con el Francisco
Maestre que, 38 años mas tarde, en febrero de 1901, aparece como socio
3 Miguel Amat y Maestre (Valencia, 1837-Petrer, 1896), abogado, político y escritor, casó en segundas
nupcias con la petrerense Luisa Maestre, tía de José Martínez Ruiz “Azorín”.
4 Ocupó la mas alta magistratura municipal en 1855-1856, 1862-1864, 1866, 1885, 1887 y 1896-1897
(Rodríguez Campillo, 1999: 186-187).
5 Josefa Amat y Quesada era la madre de Juan Rico y Amat.
6 Francisco Maestre Algarra tenía fijada su residencia en la calle La Iglesia, de Elda. De la cuota atribuida
en la contribución anual a la Hacienda Pública (620,34 pesetas) se desprende que era el segundo
hacendado más importante de Elda, después de Lamberto Amat y Sempere (733,95 pesetas).
5
fundador de la actual sociedad Casino Eldense. Posibilidad que, de ser
confirmada en un futuro, constituiría el nexo de unión entre el casino de 1863 y
la sociedad de 1901.
1.2. El Casino constituido
Tras su constitución en el mes de junio o julio de 1863, la sede social se
estableció en un inmueble alquilado de la calle Nueva, nº 14. Hecho común a un
buen número de casinos valencianos, en los que, en su origen, se acondicionó un
edificio alquilado, de escasa entidad e interés tipológico. Inmueble que, a posteriori,
y según se desprende de la documentación, debió ser objeto de arreglo y
adecuación a los fines para los cuales había sido alquilado.
Del contrato de arriendo se desprende que la casa, en el momento del
alquiler, debía poseer dos alturas. Al igual que sucedía en la gran mayoría de las
casas de la villa de Elda en esa época, la planta baja estaba destinada a los
espacios relacionados con las actividades agropecuarias propias de la economía
imperante, caso de la bodega, la cuadra, la almazara, el patio y un corral
descubierto que comunicaba con la zona de huerta7; mientras que en la planta
superior se disponían una serie de habitaciones, en las que se debieron instalar los
salones de lectura, de café y de juego, inherentes a este tipo de sociedades
recreativas. La planta superior quedó a la entera disposición del casino, mientras
que de la planta baja la propiedad del inmueble se reservó la almazara allí
existente, por entonces ya inutilizada.
Allí se reunirían los miembros de la clase alta y media de la villa constituida
por los hacendados y por los profesionales liberales, caso del notario, médico,
abogados, farmacéutico, etc. Círculo restringido de vecinos bienestantes de la
sociedad eldense en el que junto a José Amat y Sempere, Juan Amat y Quesada,
Francisco Maestre, Justo Navarro y Guerra y Gregorio García Linares, suponemos
que se encontraría Lamberto Amat y Sempere, potentado terrateniente y afamado
historiador local. Tanto por su posición social y económica, dado que era el mayor
contribuyente de Elda, como por su amistad con Juan Amat y Quesada y con
Gregorio García y Linares, es fácilmente suponible que Lamberto Amat, que a la
sazón contaba con 42 años, perteneciera a este primer casino eldense.
7 No hay que olvidar que la calle Nueva constituyó el límite urbano de la población, por el Sur, hasta
principios del siglo XX, cuando en 1902 se abrió la calle Jardines. Hasta entonces todas las traseras de
los números pares de la calle Nueva daban a un feraz espacio de huerta regada por acequias e hijuelas.
Fruto fosilizado de ese espacio agrícola periurbano es en la actualidad la plaza Princesa y el propio jardín
del Casino Eldense.
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Casino nacido al socaire de la proliferación de asociaciones recreativas y
culturales privadas (casinos, círculos, liceos o ateneos) en la segunda mitad del
siglo XIX por toda la geografía peninsular. Asociaciones que alcanzaron un
extraordinario desarrollo en el ámbito geográfico más cercano, caso del Círculo
Industrial de Alcoy (1863); el Casino Los Santos (1869), promovido por la Sociedad
Agrícola de Sax; el Casino de Elche (1871); el Casino Villenense (1876); los casinos
de Monóvar (1880), Orihuela (1887) y Novelda (1888); el Casino Primitivo, de Aspe
(h. 1895); y, el Círculo Agrícola Mercantil (1909), en Villena.
Pero, si escasas son las noticias acerca de la fundación del primer casino
eldense, ignoramos por completo cualquier referencia a su desaparición o a la
disolución de la sociedad. El único dato conocido al respecto es la permanencia de
la sede social en la calle Nueva nº 14, como mínimo hasta junio de 1869, fecha de
expiración del contrato de arriendo; o como máximo, hasta febrero de 1871,
cuando los duques de Fernán-Núñez venden el citado inmueble, junto con la posada
o mesón de Elda, a José Román y Romero. Por el momento, desconocemos si con
anterioridad a esta última fecha se disolvió la sociedad; si, ante el cambio de
propietario, el casino cambió su sede social a otro inmueble; o, si permaneció allí
tras la compraventa de la casa.
A este respecto, y con todas las reservas debidas, resulta significativo que
Lamberto Amat no haga referencia alguna a él en su magna obra Elda. Su
Antigüedad. Su Historia, escrita entre 1873 y 1874.
2. SU FUNDACIÓN (1901)
En la España de finales del siglo XIX, toda capital de provincia, toda ciudad,
todo pueblo que se preciara de su desarrollo económico, demográfico y urbano
aspiraba a alcanzar, como signo externo del mismo, dos elementos que le
concedieran prestigio social frente a los pueblos de alrededor, a saber:
 el título de ciudad, en tanto que concesión administrativa heredada de siglos
anteriores que, si bien ya no garantizaba como antaño toda una serie de
privilegios y exenciones fiscales, si venía a sancionar una realidad económica y
demográfica que diferenciaba social y políticamente a la población agraciada de
las villas agrícolas circundantes.
 y, la existencia de un casino o círculo social restringido. Asociación con fines
lúdicos, recreativos y culturales donde tenían cabida los principales hombres de
la población. Empresarios, terratenientes, profesionales liberales, etc.,
7
constituidos en socios, fundaban un club de amigos en el que reunirse, como
expresión pública de su posición social frente a la masa proletaria de la industria
y la agricultura.
En este sentido, la villa de Elda alcanzó en pocos años los dos elementos. El
rango de ciudad lo disfrutó desde el 24 de agosto de 1904, cuando el gobierno
conservador presidido por Antonio Maura8, en reconocimiento a los logros
económicos y demográficos conseguidos9, concedió el título de ciudad a la hasta
entonces villa de Elda (Navarro Pastor, 1981 II, 36-37).
Pocos años antes, nada mas iniciado el siglo XX, y auspiciado por la
burguesía zapatera eldense, se procedió a la fundación del Casino Eldense.
Como viene a comentar el cronista de Elda, A. Navarro Pastor (1981 II, 27-
29), el Casino debió tener su origen en un grupo de amigos, todos varones, que se
reunían asiduamente en una casa de la calle Colón, y que al igual que en la
poblaciones cercanas ya comentadas, desearon y constituyeron “Con el objeto de
establecer y fomentar un Círculo para instrucción y recreo, de quienes a él
pertenezcan … la Sociedad denominada Casino Eldense”10, cuya primera sede
social quedó radicada en la calle Colón esquina a la calle del Caballero de Rodas11,
actual calle Santa Ana. Peña de amigos que, el viernes 1 de febrero de 190112,
tomó el acuerdo de fundar un Casino. Acuerdo formalizado el miércoles 6 de marzo,
cuando se procede a la aprobación del “Reglamento para el Casino Eldense”,
documento que viene a constituir el acta fundacional de la sociedad, que es inscrita
en el Gobierno Civil de Alicante el día 9 de marzo del primer año del siglo XX.
Una vez inscrita oficialmente y aprobados los estatutos se constituyó la
primera Junta Directiva de la Sociedad “Casino Eldense”, quedando integrada por
los siguientes socios: Juan Vidal Vera13, presidente de la Sociedad14; Ventura Vera
García, presidente de la Junta Directiva; Vicente Nogueroles García, vicepresidente;
Joaquín Coronel Rico15, Antonio Rico Lloret, José Payá Vidal16, Hilario Amat Vera,
8 Presidente del Consejo de Ministros entre el 5 de diciembre de 1903 y el 16 de diciembre de 1904.
9 En 1900 la población de Elda era de 6.131 habitantes, siendo en 1910 de 8.028 habitantes (Valero
Escandell, 1986, 12).
10 Base Primera del “Reglamento para el Casino Eldense”. Hijos de Muñoz, impresores. Villena, 1901.
11 Artículo 1º del “Reglamento para el Casino Eldense”.
12 Procedente de unos apuntes manuscritos sobre la historia del Casino existente en la Sala de Juntas de
la misma Sociedad, enmarcados por J. Payá Sánchez el día 1 de mayo de 1922, y donde quedan
recogidos los principales acontecimientos
13 Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 363-365.
14 Según recoge el artículo 14 del Reglamento de 1901 el Presidente del Casino constituye un cargo
independiente de la Junta directiva, siendo elegido en la misma forma y sesión que los miembros de
ésta.
15 Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 367-374.
16 Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 375-377.
8
Hipólito Juan Sánchez, Emilio Rosas Coronel y Roque Gozálvez Amat, vocales; y
Ventura Pastor Martínez, secretario17.
Los estatutos quedan organizados en diez bases constitutivas y treinta y
nueve artículos, donde quedan recogidos todos aquellos aspectos básicos para el
funcionamiento de la sociedad. Vienen a reflejar el espíritu de la época y de esta
clase de iniciativas burguesas tendentes a la formación de una sociedad selecta,
restringida a los de una misma condición social y económica, convirtiéndose en la
manifestación colectiva de una clase social, que les permite diferenciarse del resto
de la clase obrera. Así, se establece como segundo precepto base que el ingreso en
la sociedad queda reservado a los varones; del mismo modo que se fijan cuotas de
entrada de 5 ptas. para los socios fundadores y de 1’5 ptas. para los socios de
número, siendo esta última cantidad la establecida como cuota mensual (Base
tercera); se prohibe en el local de la Sociedad, todo juego de azar, hablar con voz
alta y discutir sobre temas de actualidad política o religiosa (Base octava); haber
cumplido los dieciocho años, saber leer y escribir y ser de buenos antecedentes
personales (art. 2); etc.
Desde sus inicios, entre los objetivos principales de esta junta figuró el
lograr un inmueble propio donde establecer el domicilio social, adecuado a los fines
propuestos, y dotado de jardín para el recreo personal y esparcimiento familiar.
Con tal fin, y queriendo hacer coincidir la inauguración de la nueva sede de la
sociedad con la conmemoración del tercer centenario de la llegada de los patronos
eclesiásticos a Elda, el día 5 de septiembre de 1903 la Sociedad “Casino Eldense”
pidió un préstamo económico18 con el fin de poder adquirir un inmueble en el que
poder ubicar el Casino y varias fincas anexas donde establecer el jardín. Estas
necesidades quedaron cubiertas en 1904, cuando el 10 de febrero se adquiere por
compra a Vicente Cabanes Sempere19, tres fincas, recayentes a la calle Nueva, dos
de las cuales eran terrenos y en la tercera había una edificación. Inmueble que
debió ser acondicionado, tal y como relata el cronista oficial de Elda “…. a gran
ritmo, emitiéndose 50 acciones a 100 pesetas cada una, reintegrables, y una cuota
de 1’50 pesetas mensuales …”, firmándose contrato con un maestro de obras para
que adecuase el edificio a los nuevos usos (Navarro Pastor, 1981 II, 29). Apenas un
mes y medio después de su compra, eran cursadas, con fecha 28 de marzo de
1904, las invitaciones al acto de inauguración del Casino :
17 Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 387-388.
18 Base Cuarta de la “Reforma de los Estatutos y Reglamento del Casino Eldense”. Imp. de J. Rovira-
López. Alicante, 1904.
9
Se invita a V. Para el acto de la Inauguración del
Casino, situado en la Calle Nueva, nums. 38 y 40,
que tendrá lugar el día 30 de Abril próximo, a la
una de la tarde.
Elda, 28 de marzo de 190420.
Inaugurado el sábado 30 de abril, y según se desprende de los datos
notariales el Casino estaba “….compuesto de dos pisos, situado en la calle Nueva
de la ciudad de Elda, número treinta y ocho de policía, cuya superficie es de 248
m²; con una delantera sin edificar que mide 168 m² y a la parte posterior, un jardín
(…) de flores y árboles propios, el cual tiene una cabida de 1.404’50 m², cercado
por una verja de madera; lindante el edificio y delantera que está sin edificar, por
derecha entrando, casa de Vicente Maestre Sempere, izquierdo otra casa de Luis
Amat y Maestre y espaldas con el jardín antes indicado, acequia en medio; y la
finca rústica linda por Este, con terrenos de la fábrica de calzado de Don Casto
Peláez; Sur con la calle de Jardines, Oeste camino de servidumbre de Silvestre
Hernández y Vicente Maestre, y por Norte el edificio expresado al principio, acequia
de en medio.”.
Pocos meses mas tarde, el sábado 6 de agosto de 1904, reunida la Junta
General extraordinaria de la sociedad se aprobó la reforma de los estatutos del
Casino Eldense21. Estatutos que venían a sustituir a los fundacionales, modificando
tanto aspectos formales como de fondo, y cubriendo lagunas que habían quedado
sin especificar en los anteriores. Así, se establecen ahora unos estatutos
constituidos por veintiuna bases, divididas en tres capítulos y un reglamento de
funcionamiento interno, con sesenta y dos artículos divididos en once capítulos,
quedando definido el objeto del Casino por la siguiente frase, del todo significativa,
recogida en la base primera :
“El Círculo constituido en esta ciudad, denominado CASINO ELDENSE, es
una reunión de amigos, cuyo objeto es proporcionar los goces y recreos
que autoriza la buena sociedad”
Como se puede observar de su detenido análisis, y en consonancia con los
tiempos que corrían, siguió siendo una sociedad clasista pues en ella “…no podrán
ingresa…más que los varones de 17 años cumplidos, hijos de socios, y de 20 años,
los que carezcan de esta condición…” (base segunda); dividiéndose los socios en
fundadores, fundadores accionistas, numerarios fundadores, numerarios,
19 Y no a Vicente Maestre Sempere, como se ha venido afirmando (Navarro Pastor, 1981 II, 27)
20 Invitación cursada a nombre de José Payá Vidal, mas conocido como “Payá Lira”, y conservada en la
Sala de Juntas del Casino Eldense.
10
transeúntes, honorarios y de mérito (base tercera), siendo socios honorarios el
alcalde y del juez municipal de la población (base cuarta) y perteneciendo todos los
objetos y bienes del Casino a los socios fundadores y fundadores accionistas (base
novena); eliminada la figura del Presidente de la Sociedad, la dirección del casino
se organiza mediante una Junta de Gobierno, compuesta de un presidente,
vicepresidente, tesorero, contador, tres directores y dos secretarios (base sexta) ;
estableciéndose la cuota anual para toda clase de socios, excepto los honorarios, de
mérito y transeúntes, de 18 pesetas, pagaderas en doce mensualidades a razón de
1’5 ptas. al mes (base vigésima). Del reglamento de régimen interior, además de
las disposiciones orgánicas normales en este tipo de asociaciones, y tendentes a
regular el correcto funcionamiento de los órganos de dirección y derechos y
obligaciones de los diferentes socios, cabe destacar aquellos artículos que ponen
especial énfasis en aspectos como el juego, la vestimenta, el comportamiento, etc.
Así, se dispone que queda a cargo de la Junta de gobierno “…el proporcionar todos
los recreos, juegos, comodidades y diversiones que autorice la buena sociedad; y
sobre los juegos que haya establecidos ó se establezcan, imponer arbitrios…”(art.
27); del mismo modo “Queda al cuidado de dicha Junta de gobierno, el fijar el
número de criados, atender á su admisión, expulsión y reprender y castigar sus
faltas, así como designar y pagar el sueldo que juzgue oportuno.” (art. 28).
Respecto a la vestimenta se establece que “Para la mayor compostura en el local
Casino, se prohibe á todo socio ó transeunte, concurrir á él con blusa o cualquiera
otra prenda que revele falta de armonía en la buena presentación social; así como
discutir en alta voz sobre todos los temas en general y sobre los políticos ó
religiosos en particular” (art. 61)
La Junta Directiva que aprobó los nuevos estatutos estaba compuesta por
Manuel Vera, presidente, y Antonio Rico, Juan Guarinos, Emilio Rosas, Dionisio
Martínez, Gabriel Vera, Eduardo Gras, Luis Amat y Francisco Ferrando22, como
secretario.
Durante los años siguientes el Casino Eldense fue experimentado un auge
social que debió repercutir en el número de socios y en los gastos de
mantenimiento y acondicionamiento del Casino. Gastos que originaron, en marzo
de 1910, siendo miembros integrantes de la Junta Directiva Pedro Amat Pomares,
Luis Amat Bernabé, José Joaquín González Payá23, Marino Sempere Maestre y José
21 “Reforma de los Estatutos y Reglamento del Casino Eldense” aprobado en Junta General
extraordinaria. Sesión del 6 de agosto de 1904. Imp. de J. Rovira-López. Plaza de Isabel II. Alicante,
1904.
22 Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 155-156.
23 Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 489-496.
11
Payá Vidal “Payá Lira”, la formalización de un préstamo de 30.000 pesetas a diez
años y al 8% de interés anual pagadero en mensualidades vencidas. Empréstito
concedido, el jueves día 24 de marzo, por Gonzalo Soriano Calatayud, comerciante,
vecino de Onteniente, a favor de la Sociedad, quien tuvo que proceder a imponer
una hipoteca sobre el inmueble y jardín de su propiedad como garantía del mismo,
siendo tasados para la ocasión en 40.000 pesetas.
El proceso de desarrollo y presencia del Casino en la “buena sociedad
eldense” irá acompañado de un evidente incremento de las necesidades de espacio
para satisfacer las necesidades recreativas de los socios. En ese proceso de
ampliación de las instalaciones, vemos como el día 22 de abril de 1918, siendo
presidente Manuel Maestre Payá y José Mª Gras Amat, secretario, la sociedad
adquiere por compra a Mª Salud Amat Alonso24 la casa de la calle Alfonso XIII25, nº
42, situada junto al Casino, por el precio de 5.000 pesetas, abonando dicha
cantidad en un plazo de cinco años, con un interés anual del 2%, y con la condición
de que los vendedores se reservaban el derecho a habitar los altos de la casa
durante el mencionado periodo de pago.
Adquisición que debió conllevar un incremento de los gastos como se
desprende de la ampliación de la responsabilidad hipotecaria sobre el Casino, con
un nuevo préstamo de 10.000 pesetas que la sociedad presidida ahora por Joaquín
Coronel Rico se ve obligada a solicitar, en febrero de 1919, al mismo Gonzalo
Soriano Calatayud. Financiación a diez años (1919-1928) que se vino a sumar en
capital y en tiempo al préstamo hipotecario que pesaba sobre el Casino.
Hipotecas que fueron canceladas antes del plazo previsto, satisfaciendo las
cantidades adeudadas a Gonzalo Soriano en junio de 1926, mediante la imposición
de otro préstamo hipotecario en marzo de 1924. Las sucesivas juntas generales
celebradas los días 28 de noviembre de 1923, 11 de enero y 29 de febrero de
1924 acordaron, por unanimidad, el gestionar para la sociedad un préstamo
hipotecario de 100.000 pesetas. Concertada tal operación en Junta celebrada el día
20 de marzo de 1924, se autorizó al presidente José Justamante Vera para
formalizar la operación financiera con establecimiento de hipoteca a favor Salvador
Amorós Martínez, de Villena, por un plazo de diez años (1924-1934), con un interés
anual del 7 %26.
24 Casada con Luis Amat y Maestre, e hija de Miguel Amat y Sempere y de Teresa Alonso y Juez, de
quién recibió la finca como herencia materna.
25 Calle conocida anteriormente como “Nueva”, y que en septiembre de 1917 fue rotulada con el nombre
del monarca reinante (Navarro Pastor, 1981 II, 86-87).
26 Escritura de hipoteca otorgada el 31 de marzo de 1924, ante el notario de Villena, don Antonio Tovar
Núñez.
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Sin embargo, la década de los años veinte supondrá el período de
consolidación del Casino Eldense. Periodo en el que destaca la figura de Arturo
Sempere Juan (h. 1926-1927), bajo cuya presidencia se instaló un salón de juego.
La intensa y próspera actividad económica de Elda favorecerá su desarrollo y
el incremento en el número de socios, lo que llevará a la Junta Directiva a
encargar, en 1924-1925, y contando con el capital del préstamo económico
financiado, el encargo de un proyecto de reforma al arquitecto Alfonso Jimeno,
quién en febrero de 1926 hará entrega del mismo a la Sociedad. Proyecto27 con el
que se quería igualar, en incluso superar, la categoría arquitectónica y artística del
Casino Eldense con la de los restantes casinos y círculos burgueses de Monóvar,
Novelda, Elche, Villena, Torrevieja, Alcoy o Alicante. Sin embargo, las grandes
pretensiones del proyecto no se vieron plasmadas sobre el edificio existente que, a
pesar de todo, y en el último lustro de los años 20, debió ser profundamente
reformado, amalgamando en un edificio los diversos inmuebles de que constaba el
Casino, y adquiriendo la fisonomía que presenta en la actualidad.
Siguiendo la descripción del mismo recogida en la Guía de la arquitectura de
la provincia de Alicante, se puede decir que el edificio presenta dos plantas con
cubierta de teja y un jardín posterior. La fachada, con balcones en el primer piso,
es típica de la arquitectura burguesa destinada a viviendas del cambio de siglo, sin
grandes compromisos formales. Como es habitual en este tipo de edificaciones, y
en Elda en especial, hay ligeras resonancias modernistas en la ornamentación de
balcones, recercados y carpinterías. En el interior presenta un especial interés la
escalera principal y el artesonado del salón principal, que permite relacionarlo con
algunos de los casinos ya mencionados (Jaén et alii, 1999, 182).
La década de los años veinte y el período de la II República (1931-1936)
vinieron caracterizadas por el aumento de socios, ya no sólo miembros de la
burguesía eldense e industriales del calzado, sino también por los cada vez mas
abundantes profesionales liberales, comerciantes, miembros de la banca,
empleados, propietarios, etc.
Al socaire de las nuevas corrientes intelectuales librepensadoras, filosóficas y
políticas, algunos de los socios ingresaron en la logia masónica eldense “AMOR”,
fundada en 1927, e integrada en la Gran Logia Regional del Levante de España, con
sede en Alicante. Entre los socios masones del Casino Eldense, y adscritos a la
mencionada logia, cabe destacar a Ángel Vera Coronel28 “Plutarco”, Genaro Vera
27 Proyecto objeto de un detenido análisis en la revista Alborada, nº (2000), de la mano de los
arquitectos A. Martínez Medina y M. Guill Gran.
28 Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 599-605.
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Coronel “Estrella”, José Capilla Beltrán29 “Platón”, Cándido Amat Casáñez
“Progreso”, José Tomás Sánchez “Pestalozzi”, Joaquín Porta Rausa “Actividad”, José
Verdú Cuenca “Pascal” y Juan José Aguado.
Reflejo de la destacada importancia social y cultural que poseía el Casino
Eldense, como lugar, además, de difusión de los ideales republicanos, fue la visita
girada el 16 de enero de 1932 por Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la II
República, con motivo de la colocación de la primera piedra del monumento al
insigne tribuno eldense Emilio Castelar, último presidente de la I República
Española. Tras un acto público cargado de simbolismo político en el que el Jefe del
Estado rendía honores públicos a su antecesor, al tiempo que tomaba el testigo de
la llama republicana, Alcalá-Zamora fue obsequiado con una comida en el salón
noble del Casino. Banquete a la que asistieron, en otros, los miembros de la
comitiva presidencial entre los que figuraban el general Queipo de Llano; José Giral,
a la sazón ministro de Marina, varios directores generales, gobernador civil, etc.
Testimonio histórico de la visita fue la firma en el libro de Actas de la institución.
Relacionadas tanto con el Casino como con la masonería, por la pertenencia
y adscripción de sus miembros a unas y otras, las peñas de amigos los
Chamorros, los Indios, del Agua, etc. fueron elementos singulares en la vida
cotidiana de Elda, siendo tramadas en los salones del Casino muchas de las bromas
realizadas, algunas de las cuales, dada la originalidad y trascendencia tenida, han
logrado traspasar la barrera del tiempo, llegando a nosotros, circulando de forma
oral entre quienes de niños o jóvenes las presenciaron.
Muestra del auge experimentado por la sociedad recreativa eldense durante
las décadas de los años veinte y treinta es el número de socios, que ha sido
estimado en 1.135, con anterioridad al estallido del conflicto bélico de 1936.
La Guerra Civil vino a suponer una brusca interrupción de la vida del Casino
Eldense, pues la alteración de la vida pública también se dejó sentir tanto en la
sociedad como en los uso del inmueble del Casino. Requisado al inicio de la
contienda, las autoridades republicanas, dadas sus características arquitectónicas,
con espaciosos salones donde albergar hiladas de camas en batería, facilidad para
el mantenimiento del orden y la higiene, fácil acceso desde la calle y amplio y
soleado jardín, establecieron en él un Hospital de Sangre, destinado a albergar a
los soldados heridos y convalecientes procedentes del frente.
29 Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 591-597.
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En abril de 1939, al término del fratricida conflicto bélico, el Casino fue
restituido a la sociedad propietaria, recobrando su uso como lugar de esparcimiento
y distracción, ahora, de los vencedores.
A los escasos seis años de finalizar la guerra, y durante el ejercicio como
presidente de Manuel Tamayo, el Casino Eldense solicita un préstamo económico de
125.000 pesetas a María Ibáñez Lloret, vecina de Alicante.
Del mismo modo, en junio de 1946, también bajo la presidencia de M.
Tamayo y siendo Vicente Mateo Luengo30, secretario-contador de la Junta de
Gobierno, se procedió a levantar la hipoteca que, desde 1924, pesaba sobre las
fincas que componían el casino, mediante el pago de las cantidades adeudadas a
los herederos de Salvador Amorós. Cancelación de hipoteca seguida en febrero de
1953, tras haber satisfechos la cantidades adeudadas, de la existente a favor de
María Ibáñez Lloret, recuperando la sociedad Casino Eldense la total propiedad legal
del inmueble.
Las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta supusieron una
segunda Edad de Oro del Casino Eldense y de sus instalaciones. Durante esos años
el Casino fue el lugar de diversión mejor considerado por la “buena sociedad
eldense”. Sus bailes y verbenas durante las fiestas mayores de septiembre eran
verdaderos acontecimientos sociales. Eventos sociales y lúdicos que, sabiamente,
fueron complementados por las sucesivas juntas de gobierno con una oferta
cultural atractiva, celebrándose en sus salones exposiciones de pintura31,
fotografía32, conferencias, etc. Actos que, durante casi tres décadas, convirtieron al
Casino en referencia de la vida cultural de Elda.
Muestra de ello es el cambio de denominación de la misma con la aprobación
del nuevo reglamento de régimen interno33. Así, en su primer artículo se establece
que “La Sociedad….se denomina SOCIEDAD ARTÍSTICO CULTURAL CASINO ELDENSE”.
Espíritu recalcado en el artículo segundo, donde se especifica que “Los fines … son
propagar la cultura y el arte en todas sus manifestaciones y al mismo tiempo
30 Jefe local del Movimiento Nacional y concejal del Ayuntamiento de Elda, en representación del tercio
de representación de entidades profesionales, en la corporación municipal de 1949-1952.
31 El 23 de diciembre de 1944 el Casino Eldense acogió la I Exposición de pintura de Artistas Locales,
organizada por el colectivo “Amigos del Arte”. Entre los artistas presentes figuraba el joven Gabriel
Poveda Rico.
32 En septiembre de 1956 las instalaciones del Casino acogieron la I Exposición Fotográfica Nacional,
organizada por la comisión municipal de Fiestas. Evento que mas tarde organizaría el Centro
Excursionista Eldense.
33 “Reglamento del Casino Eldense”, Tip. Moderna.-Elda. Estatutos aprobados por la Junta General
Extraordinaria celebrada el 17 de diciembre de 1965, siendo presidente Eustaquio Cantó y secretario
Vicente Mateo, y visados y legalizados por la Dirección General de Política Interior del Ministerio de la
Gobernación el día 30 de abril de 1966.
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proporcionar a sus competentes las distracciones y recreos que autorizan las
buenas costumbres y sean propias de personas cultas …”.
Cambio de orientación y filosofía vital patente en el décimo segundo artículo
por el que se establece la creación de la llamada “Sección de Asociados Jóvenes”,
como instrumento de nutrir a la sociedad de futuros socios. Sin embargo, los
tiempos corrían y lo hacía más rápido fuera que dentro del Casino.
El surgimiento de nuevas entidades deportivas reflejo de una nueva
sociedad, caso del Centro Excursionista Eldense (1957) y del Club de Campo (1963)
vinieron a diversificar el panorama sociocultural eldense, quebrando el monopolio
que, en este sentido, había detentado hasta entonces el Casino.
La irrupción de la vida y modos democráticos vino a decantar un cierto
status quo a favor de aquellos y de otras maneras de entender el ocio, la cultura y
la diversión. Las décadas de los años ochenta y noventa supusieron para el Casino
Eldense el alejamiento de su seno de la savia más joven y su conversión en salón
de nostálgicas reuniones de los socios más veteranos. Las nuevas generaciones de
eldenses no encontraron en el Casino ni la motivación cultural, ni la diversión lúdica
ni el ambiente social mas adecuado a sus inquietudes e iniciativas.
En una sociedad plural y democrática, tan diferente a la que le vio nacer,
todos los esfuerzos encaminados a la regeneración del Casino fueron en vano.
Directiva tras directiva, la pérdida de socios no pudo ser contrarrestada por nuevas
altas, lo que condujo al Casino a una situación crítica marcada por la carencia de
recursos, falta de ilusión y angustia vital. Fiel reflejo del estado de la institución
era el inmueble donde residía la sede social del Casino. Instalaciones obsoletas,
ausencia de mantenimiento, vetustos hábitos, …. Era manifiesta la necesidad
apremiante de una refundación de la sociedad y de una rehabilitación integral del
inmueble centenario.
BIBLIOGRAFÍA
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 (1904): Reforma de los Estatutos y Reglamento del Casino Eldense, aprobado en
Junta General Extraordinaria. Sesión del 6 de agosto de 1904. Imp. de J. Rovira
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16
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calzado y transformación social, pp. 13-31. Alicante.
ILUSTRACIONES:
1. FOTO DE LA VILLA DE ELDA, EN 1857
Pie de foto: Vista de la villa de Elda en 1857 (J. Laurent)
2. GRABADO DE JOSÉ AMAT Y SEMPERE
Escanear del libro de V. Fillol o de A. Navarro Pastor: Eldenses Notables.
Pie de foto: José Amat y Maestre (1826-1902). Alcalde de Elda.
3. FOTO DE LAMBERTO AMAT (Eldenses Notables)
Pie de foto: Lamberto Amat y Sempere (1820-1893). Hacendado y erudito
eldense
4. FOTO DE LA CALLE NUEVA
Pie de foto: Vista del inmueble donde estuvo situado el Casino Eldense,
correspondiente al número 14 de la calle Nueva, en 1863
5. FRAGMENTO DE DOCUMENTO ORIGINAL
Poner un fragmento de documento en el que aparezca la palabra Casino. Y
resaltarla en negrita.


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