El alcalde de Elda, Rubén Alfaro, cumple diez años como máximo responsable del Ayuntamiento, una etapa en la que la ciudad ha experimentado una profunda transformación en múltiples ámbitos: urbanismo, cohesión social, educación, cultura y gobernanza. Con motivo de este aniversario, Alfaro ha respondido a una batería de preguntas que permiten repasar los principales logros y retos de esta década de gobierno.
“Elda ya no es la misma ciudad que en 2015”, asegura Alfaro al hacer balance de estos diez años. Para el alcalde, el cambio ha sido “estructural y humano”, con intervenciones urbanas de calado, pero también con un enfoque centrado en las personas.
Preguntado por la clave de esta transformación, señala la planificación, la gestión eficiente de recursos y la colaboración entre administraciones. Durante esta década, el consistorio ha logrado movilizar “una cifra histórica de fondos públicos”, incluyendo subvenciones nacionales, autonómicas y europeas (como los fondos EDUSI y Next Generation).
Alfaro destaca que uno de los pilares de su gobierno ha sido “que nadie se quede atrás”. Durante los años más duros de la pandemia y ante la actual crisis de precios, el Ayuntamiento ha reforzado ayudas sociales, ha apoyado a entidades solidarias y ha puesto en marcha programas específicos para mayores, jóvenes y personas desempleadas.
“El escudo social ha funcionado”, afirma, subrayando que Elda es hoy una ciudad más justa y cohesionada socialmente.
El impulso a la educación pública, y en particular a la Formación Profesional, es otro de los aspectos que Alfaro destaca con orgullo. “Hoy Elda es un referente educativo en la comarca y eso tiene un impacto directo en la empleabilidad de nuestros jóvenes”.
La apuesta por centros punteros y la adecuación de la oferta formativa a las necesidades del tejido productivo han permitido atraer alumnado de otros municipios y fortalecer el vínculo entre educación y empleo.
En el terreno cultural y patrimonial, el alcalde señala proyectos emblemáticos como la recuperación del Castillo, la rehabilitación del Mercado Central o la restauración de la Torre del Homenaje. También subraya la importancia del Plan Director del Castillo como herramienta para guiar la revitalización del casco histórico.
De cara al futuro, no descarta dar un mayor impulso al turismo cultural: “Tenemos patrimonio, tenemos historia y tenemos identidad. Es hora de proyectarlo con ambición”.
La transformación física de la ciudad es una de las huellas más visibles del mandato de Alfaro. La reforma de la Avenida de Chapí, la peatonalización del centro o la creación de nuevos parques y zonas verdes son algunas de las actuaciones destacadas.
“El modelo de ciudad ha cambiado. Hoy pensamos en la sostenibilidad, en la movilidad amable y en una Elda para vivirla”, sostiene. Parte de estas intervenciones se han financiado gracias a la captación de fondos europeos.
Rubén Alfaro reivindica un cambio de cultura política en la ciudad: más diálogo, más transparencia y más participación ciudadana. “Hemos demostrado que se puede gobernar escuchando y dando voz a los vecinos”, afirma.
Los presupuestos participativos, la apertura de canales directos con la ciudadanía y la voluntad de consenso con la oposición son, a su juicio, ejemplos de una nueva forma de gobernar.
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