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«La investigación médica: Recuerdos de un médico rural.», por Francisco Javier Gavira Iglesias

Francisco Javier Gavira Iglesias.

Cuando estudiaba medicina y después cuando empecé a trabajar como médico rural, pensaba que el mundo o el campo de la investigación era un campo reservado a una minoría, a científicos o grupos de científicos que estaban trabajando en un laboratorio investigando sobre materias muy complicadas y con muchos medios a su alcance. Y también que ese campo estaba reservado a gente que estaba muy preparada o que sabía mucho, digamos que a una élite.

También pensaba que todo lo que había estudiado en los libros y manuales de medicina eran algo fijo e inmutable, como grandes dogmas.

Nada más lejos de la realidad. Por eso cuando me empecé a introducir en ese mundo la realidad empezó a mostrarme lo contrario. A los hechos me remito.

Primero fue el sarampión. Recién llegado a La Victoria, un pueblo de la provincia de Córdoba, me encontré con que empezaron a darse casos de sarampión en lactantes y en escolares. A mí aquello me extrañó, porque pensé que, dado que todos los niños teóricamente tenían que estar vacunados, algo raro estaba pasando. Decidí averiguarlo. A través de un amigo medico de La Victoria consulté con un profesor universitario y decidimos analizar el brote que se estaba produciendo. Aparte de una recogida exhaustiva de datos de todos los casos, tomamos una muestra de sangre a 6 niños con sarampión en el momento álgido de la enfermedad y 14 días después para ver si podíamos obtener una comprobación serológica de la enfermedad mediante la titulación de anticuerpos. Las dificultades no fueron pocas. En primer lugar, mi mujer, que es enfermera, me tuvo que ayudar a hacer las extracciones de sangre. Después, se planteó el problema del almacenamiento de las muestras. No había ningún tipo de medio. La reforma de la atención primaria estaba en sus albores. Tuve que guardar las muestras en mi propio frigorífico. Después, a la hora de analizar las muestras, llamé a varias puertas (Hospital Reina Sofía de Córdoba, Facultad de Medicina, etc) y me hicieron el mismo caso que el que oye llover. Al final, casualidades del destino, a través de un visitador médico de Merck Sharp & Dohme (MSD) me puse en contacto con el director médico de MSD en Madrid. Unos meses más tarde cogí unos días de vacaciones y me llevé personalmente las muestras a Madrid, donde, a través del director médico de MSD, se realizó la determinación de anticuerpos séricos que confirmó el sarampión en los 6 casos.

Recuerdo con especial cariño mi llegada a la sede MSD en Madrid y mi encuentro con el director médico de MSD. Su nombre era René Lardinois. Comimos juntos en el comedor de la empresa. Me dijo cosas que en aquel momento no entendí, que había visto pocas personas como yo, que yo tenía algo especial, eso que distingue a los “locos” de los normales: Pasión. Este encuentro marcó el inicio de una larga relación profesional y personal. De René aprendí la metodología y fundamentos de la investigación. René era un profesional excelente y un gran ser humano que sabía sacar lo mejor de las personas; nunca un reproche si hacías algo mal. Sabía corregir lo que no estaba bien hecho con tal sutileza que ni te dabas cuenta. Hemos pasado interminables horas elaborando artículos y proyectos y para nosotros no pasaba el tiempo. Esas interminables horas han sido de los mejores ratos de mi vida profesional. Había entre nosotros una conexión especial. Fui un afortunado de encontrar a esta persona en mi camino. Profesionales como René lamentablemente no los encontré en las Universidades de Sevilla y Córdoba por las que he pasado.

Como resultado de esta investigación de campo, con la ayuda del Dr. Lardinois, publicamos un articulo en la Revista Medicina Clinica1. Para mi este primer artículo fue un descubrimiento, la caída en una madriguera en la que estuve inmerso durante toda mi trayectoria profesional. Y rescoldos quedan.

Dada mi inquietud, ganas de trabajar y de cambiar cosas, hablé con unos compañeros médicos de varios pueblos de alrededor, como Posadas y Fuente Palmera, e hicimos lo mismo que en La Victoria: Completamos el estado vacunal de los niños en cuanto a sarampión, rubéola y paperas. Aunque de este trabajo no quedan registros, el efecto principal es que completamos el calendario vacunal de un montón de niños. Una generación de niños de esa zona fue protegida eficazmente frente a varias enfermedades. Trabajo silencioso, no espectacular. Desde entonces hasta nuestros días lamentablemente se han producido brotes de sarampión en nuestra región y en nuestro país. Algo no se está haciendo bien.

Después, vino la gripe. Observé que entre mis pacientes de La Victoria ninguno se vacunaba frente a la gripe. Decidí vacunar a la población de riesgo. Conseguí que la Delegación Provincial de Salud de Córdoba me facilitara las vacunas. Tuve que ir por ellas a Córdoba con mi propio coche y meterlas en mi propio frigorífico. Ese primer año tuve que luchar con la resistencia a la vacunación de las personas mayores. Y a partir de ahí se me ocurrió la idea de por qué no hacer un trabajo valorando la eficacia de la vacunación. Y durante cuatro años (1984 a 1988) estuve recogiendo datos sobre los problemas respiratorios y las patologías previas de la población vacunada y no vacunada. Eso constituyó la base para hacer mi tesis doctoral2. La tesis doctoral la leí en el año 1988 y, según me dijeron, fue el primer médico rural que leyó una tesis en la Universidad de Córdoba. También se publicaron un par de artículos en revistas médicas3,4.

A principio de la década de los 90 y tras observar el progresivo envejecimiento de la población con la que trabajaba me planteé la elaboración de un programa de visitas domiciliarias a la población anciana y me atreví a hacer una valoración económica. Los resultados5,6 fueron publicados en la Revista Española de Geriatría y Gerontología consiguiendo en dos años consecutivos el premio al mejor articulo publicado en dicha revista.

Metido en plena faena con la población mayor, observé una elevada frecuencia de incontinencia urinaria, que constituía un problema oculto y que además no había datos de prevalencia en población española; todos los datos eran de población anglosajona.

Tras un año de elaboración presentamos un proyecto de investigación al Fondo de Investigaciones Sanitarias de la Seguridad Social (FISSS) y nos concedieron una beca. Fueron los primeros datos sobre prevalencia de incontinencia urinaria en población anciana española7. Cinco años más tarde y con una beca de la Junta de Andalucía hicimos un estudio de seguimiento de los ancianos del primer estudio para ver la historia evolutiva de la incontinencia urinaria8.

Desde el trabajo sobre el sarampión hasta aquí y estoy hablando de la primera década del siglo XXI y a pesar de que el nuevo modelo de atención primaria estaba muy asentado y consolidado, las dificultades no fueron pocas.

Es digno de reseñar la forma en que se dirigió mi tesis en la Universidad de Córdoba: busqué un profesor que me la dirigiera, se eligió el tema y a partir de ahí tu te las tenias que apañar cómo pudieras. Mis reuniones de coordinación con el director de mi tesis se pueden contar con los dedos de una mano. Y con el director principal, que era el Catedrático, ninguna. Solo que, una vez terminada de escribir y corregir, tuve que pedir cita en dos ocasiones con él para que le diera el visto bueno y poderla leer. De ellos no aprendí nada. Y paso por alto los problemas que tuve por no haber hecho un copyright de mi tesis. Recuerdo como si hubiera ocurrido ayer que en la comida posterior a la lectura de mi tesis el Catedrático Director de la tesis le preguntó a mi esposa que por qué había hecho yo la tesis. Mi mujer le respondió: “Porque le gusta la investigación”. Me imagino que se sorprendió de que un “outsider” como yo, solo y perdido en un pequeño pueblo, hubiera caído en la madriguera de la investigación.

La liberación mía y de dos enfermeras de mi centro de salud para ejecutar el proyecto becado por el FISSS me costó duras críticas del director de mi centro de salud y del adjunto de enfermería. En un agrio intercambio de palabras el adjunto de enfermería me dijo textualmente: “Aquí quien manda soy yo”. Y eso a pesar de que se contaba con presupuesto del FISSS para ello. En este estudio conté con la colaboración del Catedrático de Estadística y Econometría de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Montes de Córdoba, que me ayudó en el diseño de la muestra del estudio y en el análisis estadístico de la población estudiada. Desde aquí le doy las gracias; de él si aprendí. El segundo proyecto financiado por la Junta de Andalucía lo tuvimos que hacer por la tarde en nuestro tiempo libre y ello a pesar de que la normativa recogía que el director principal del proyecto tiene que estar liberado de asistencia durante el tiempo de ejecución del proyecto.

Y como el zorro pierde el pelo pero no las mañas, años mas tarde, en el año 2010 volví a retomar el tema de la incontinencia urinaria y esta vez en las mujeres adultas. Uno de mis hijos estudió fisioterapia y yo lo animé a que hiciera su tesis doctoral. El tema que eligió para hacer su tesis doctoral fue la relación entre el dolor lumbar y la incontinencia urinaria en mujeres adultas. Sabemos que la incontinencia urinaria es más prevalente en mujeres que en hombres y por escasos estudios previos llevados a cabo en el ámbito anglosajón, se había encontrado una relación entre el dolor lumbar y la incontinencia urinaria. Y también nos pusimos manos a la obra y realizamos un estudio epidemiológico sobre el tema sin pedir ningún tipo de ayuda. Yo fui el codirector de la tesis. Durante la realización del trabajo de campo caí enfermo. Estuve 10 días en la UCI y uno de esos días apareció mi hijo y me dijo: «Pelea, papá, pelea. Tienes que pelear. Venga, pelea, pelea». Cuando yo salí de la UCI y empecé a recuperarme, un día, hablando con este hijo mío, le dije: «El trabajo que hemos empezado lo tenemos que terminar». Me miró con una cara de incredulidad que todavía la tengo grabada. Y conseguimos hacer el trabajo, la tesis y publicarlo9,10,11. Fue la primera tesis doctoral que un Fisioterapeuta presentó en la Universidad Europea de Madrid (abril de 2013).

Siguiendo con el refrán del zorro y como toda obra tiene un epílogo, acabo de enviar una carta al editor de una revista médica planteando una reflexión crítica sobre el uso de las pruebas diagnosticas de imagen con radiaciones ionizantes en pacientes con cancer. Dicha reflexión critica está basada en mi propia experiencia como paciente oncológico12.

Por ultimo decir que la investigación ha sido una de las áreas de mi trabajo que más satisfacciones me ha dado, que más alegrías me ha dado, por la que más he luchado. En mi caso, me he sentido muy reconocido. Y, mas que los premios y reconocimientos, mis satisfacciones han sido fundamentalmente momentos: Cuando estas elaborando y corrigiendo un trabajo, cuando lo ves publicado, cuando leí mi tesis, cuando mi hijo leyó su tesis; en definitiva, trabajo duro, cumplimiento de los objetivos marcados y dar a conocer lo hecho, contribuir con nuestro granito de arena al conocimiento científico y a la mejora de la salud. Recuerdo que mis hijos me decían: «Papá, ¿y cuánto ganas, cuánto te van a pagar por los trabajos?». Yo siempre respondía: «Nada». «Entonces, ¿por qué lo haces?» «Bueno, lo hago porque me gusta y por prestigio, ¿no?» Y me miraban con cara de incredulidad. Creo que con el paso de los años mis hijos han llegado a entenderlo. También es justo reconocer que con mis trabajos de investigación le he quitado mucho tiempo, le he robado mucho tiempo a mi familia. A la que desde aquí, humildemente, pido perdón y no quisiera terminar estas lineas sin recordar la ayuda inestimable de mi esposa. Además de ser enfermera, ella siempre ha estado a mi lado, siempre me ha ayudado. Muchas veces haciendo de secretaria, ayudándome a recoger datos, llamando a las personas para las citas y un largo etcétera. En fin, siempre ha estado a mi lado apoyándome. Así que también quiero que sirvan estas líneas como un merecido homenaje para ella y para mi familia.

También quiero mandar un mensaje a los que ahora están en el tajo de la atención primaria. Decirles que investiguen puede sonar a tópico. Solo les digo que si no entienden algo que se hagan preguntas. Y si no encuentran la o las respuestas, a partir de ahí puede empezar el camino.

Bibliografía

1. Gavira Iglesias FJ, Rodriguez López FC, Berni Maestre RM. A propósito de un brote epidémico de sarampión en La Victoria (Córdoba). Med Clin (Barc) 1988;90:97-100. PMID: 3352344

2. Gavira Iglesias FJ. Estudio socioepidemiológico y económico de la vacunación antigripal en una población rural (La Victoria, Córdoba). Tesis Doctoral. Facultad de Medicina. Universidad de Córdoba. 1988.

3. Gavira Iglesias FJ, Rodriguez López FC, Berni Maestre RM. Análisis de una campaña de vacunación antigripal en el medio rural. Rev. San. Hig. Pub 1987;61:759-781.

4. Gavira FJ, Lardinois R. Análisis de rentabilidad de la vacunación antigripal en una población rural (La Victoria, Córdoba). Med Clin (Barc) 1990; 94:777-781. PMID: 2118204.

5. Gavira Iglesias FJ, González García JC, Muñoz Fernández M. Programa de atención domiciliaria al anciano desde un centro de salud. Estudio de costes. Rev Esp Geriatr Gerontol 1994;29 (3):132-138.

6. Gavira Iglesias FJ, González García JC, Guerrero Muñoz JB, Muñoz Fernández M. Valoración clínica y económica de un programa de visitas domiciliarias al anciano. Rev Esp Geriatr Gerontol 1995;30(6):375-382.

7. Gavira Iglesias FJCaridad y Ocerín JMPérez del Molino Martín JValderrama Gama E López Pérez MRomero López MPavón Aranguren MVGuerrero Muñoz JB. Prevalence and psychosocial impact of urinary incontinence in older people of a Spanish rural population. J Gerontol A Biol Sci Med Sci 2000 Apr;55(4):M207-14.

8. Gavira Iglesias FJ, Caridad Y Ocerín JM, Guerrero Muñoz JB, López Pérez M, Romero López M, Pavón Aranguren MV. Five-year follow-up of urinary incontinence in older people in a Spanish rural population. Aten Primaria 2005 Feb 15;35(2):67-74.

9. Gavira Pavón A. Prevalencia de incontinencia urinaria en mujeres que consultan por dolor lumbopélvico. Estudio multicéntrico. Tesis Doctoral. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Europea de Madrid. 2012.

10. Gavira Pavón A,  Carolina Walker Chao CRodríguez Rodríguez NGavira Iglesias FJ. Prevalencia y factores de riesgo de incontinencia urinaria en mujeres que consultan por dolor lumbopélvico: estudio multicéntrico. Aten Primaria 2014; 46(2): 100-108. https://doi.org/10.1016/j.aprim.2013.07.004

11. Gavira Pavón A, Rodríguez Rodríguez N, Gavira Iglesias FJ. Cross-sectional study of adult women with low back pain: Demographic and clinical profile and factors associated with disability. Fisioterapia 2016; 38 (1):11-19. https://doi.org/10.1016/j.ft.2015.01.004

12. Sánchez Quintana F, Ballesteros Guerrero MC, Gavira Iglesias FJ. Reflexiones sobre prevención cuaternaria y optimización del uso de TC y PET en el seguimiento del linfoma folicular. Carta al editor. En prensa.

Autor: Francisco Javier Gavira Iglesias. Doctor en Medicina. Jubilado. Centro de Salud de Cabra (Córdoba).


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