El ambiente en el Polideportivo Municipal de Villena se transformó ayer sábado en una auténtica explosión de energía musical y sentimiento: el Rabolagartija vivió su segundo día con un cartel de altura que reafirma su carácter único en el calendario festivalero del verano alicantino.
La jornada, vibrante de inicio a fin, tuvo como gran protagonista a La Raíz, cuya esperada vuelta —tras seis años— encendió los ánimos del público con una actuación memorable que muchos califican como uno de los momentos más intensos del verano.
El escenario principal fue un hervidero de estilos diversos, con la fuerza de bandas como Riot Propaganda y La Fuga, el punk reivindicativo de Boikot, la contundencia de Kaotiko, y el cruce de punk callejero y denuncia social de Envidia Kotxina, entre otros . Además, el festival apostó por la variedad: desde el irreverente Manolo Kabezabolo, las propuestas de Alademoska o Catalina Grande, hasta el humor satírico de Piñón Pequeño y los tributos emocionantes como Pedrá, homenaje a Extremoduro.
El recinto —ya conocido por su césped, zonas de sombra, piscina y acampada— ofreció comodidad y frescor en esta jornada calurosa, reforzando el carácter inclusivo y familiar del festival . Además, se contó con apoyo logístico notable: un dispositivo especial de autobuses urbanos conectó plazas clave de Villena con el recinto, con frecuencias de 15 minutos en horas punta, facilitando los accesos.
La combinación de géneros, el ambiente combativo y festivo, y la atmósfera de comunidad siguen siendo los ejes que definen Rabolagartija, un festival que este año se celebra nuevamente en dos días —pasando de tres a dos— reforzando su esencia compacta pero potente


