Ocurrió por el año 1883, un miembro de la familia Guillem, tuvo la ocurrencia de saltarse el protocolo del encendido de la tradicional «hoguerica de San Antón». El motivo fue al observar que había un pobre cerca de la ermita del Santo, esta péguntó a indicado pobre que hacía; le contenstó que tenía frio y quería calentarse, rápidamente le enció la hoguera para que se calentara saltándose de este modo las normas de la asociación.
En el video que les mostramos, Julio Guillem, nos ofrece más detalles y nos habla del homenaje que este año se realizó en la tarde del día 16 coincidiendo con el encendido y rememorando esta historia tan humana.


