Hasta no hace mucho tiempo se era concejal por vocación, con el firme propósito de mejorar las condiciones de vida de los pueblos. Pero últimamente , de algunos años a esta parte, en Villena, se puede alcanzar el rango de edil por otro procedimiento, y este es el de concejal por oposición y no oposición de opositar o concurrir, sino oposición de enfrentamiento, oposición ante quien lo elevó del anonimato al conocimiento popular, oposición, durante media legislatura, a los proyectos que se prometió realizar, oposición al ideario político del partido al que pertenecían, oposición a todo lo que no fuera un trampolín para alcanzar metas personales.
Oposición tan descarnada y cruenta que obliga a quienes la practican a variar, incluso, la definición y el significado de las palabras, para tratar de aligerar de culpabilidad sus cargadas alforjas, diciendo, que no han presentado demanda alguna, sino que han puesto en conocimiento del Juzgado, que es denunciar, algunos temas por si su acción acarreaba pena o castigo.
Es decir, no demandan denuncian que parece ser que es más benigno y que solo conlleva implícita bondad para los que practican este procedimiento. Quien pretende descargar sus culpas socapa del buenísmo difícil tiene la papeleta pues no tienen bondad alguna frases como una trama de corrupción, un oscuro caso de movimiento especulativo, ladrones de guante blanco o el pelotazo urbanístico sin precedentes en esta ciudad. Todas estas y algunas frases más las airearon los, bondadosos, ediles Richart y Pedrosa del, entonces, Grupo NA, y actualmente de VCD y esto, como quieren hacer valer, no es poner en conocimiento, es prejuzgar, afirmar, dar por cierto, es decir acusar, que es lo que dicen no hacer y pretenden, como siempre, descargar en los demás.
Quienes soportan sobre sus espaldas el estigma del transfuguismo difícilmente pueden hacer creíbles sus opiniones pues ya una vez demostraron que son capaces de abanderar unas consignas y a media legislatura votar por las contrarias por motivos meramente personales. Si se hubiese tratado de discrepancias por motivos ideológicos la reacción personal y del partido hubiera sido otra distinta en los Plenos y comisiones. Con su reacción personal dejaron claro que el PP era un simple trampolín para su promoción en la política.
Estos días pasados han sido demoledores para los que se autodefinen como defensores de la verdad, sus castillos de naipes se derrumban quedando al descubierto las patrañas urdidas y las falsas acusaciones contra la entonces Alcaldesa, mentiras divulgadas por alguien que si está, no imputado sino, acusado por la Fiscaliza de delito urbanístico, por el que podía ser condenado hasta siete años de inhabilitación. El Periódico del Vinalopo, por coincidencia, en primera pagina traía una foto de los Sres. Richard y Pedrosa y bajo figuraba un anuncio que nada tiene que ver con ellos, pero que decía 2 x1.
Me gustaría que el Sr. Esquembre, primera autoridad de Villena, hubiese sido más concreto en sus declaraciones sobre el expediente 680/2010 presentado contra la Alcaldesa Celia Lledó y dos más, Jesús Martines y Maria José Hernández ante el juzgado de Villena por prevaricación y trafico de influencias, pues en su comparecencia ante los medios no se muestra rotundo ni contundente en cuanto a lo dictado al efecto y parece ser, es opinión de algunos, que deja en el aire ciertos visos de duda.
Bueno sería que aclarase su opinión al efecto, como también que respondiese a esta pregunta ¿Qué tiene el Sr. Richard para gozar de un estatus que se le negaba a Valiente y Abellán, cuando se pedían sus dimisiones? Aunque los ciudadanos ya conocemos la respuesta a esta pregunta y conocemos, sobradamente, La Espada de Damocles que pesa sobre su cabeza y de la que depende la gobernabilidad del pueblo y por ello no tiene más remedio que aguantar puestos de confianza innecesarios, gastos por representatividad, que no ayudan al ahorro, e incluso tragar espectáculos a los que siempre se ha opuesto.
Señores ediles, unos por oposición y otros por asociación, que gobiernan en Villena, dedíquense a trabajar y todos sean consecuentes con lo que decían defender, Villena merece otra cosa.
Ernesto Pardo