No pretendo dar ninguna lección de ética, de moral ni de proceder, solo quiero razonar en voz alta, como español y villenense para intentar conseguir que se funcione y actue dentro de la mayor legalidad, con el solo fin de alcanzar el bienestar común. Pero eso para un gran número de personas no tiene la menor importancia, parece ser que últimamente no importan los medios, lo que interesa es el fin.
He de afirmar que ese procedimiento no es valido, a ningún nivel, y sin embargo se esgrime muy a menudo, casi a diario, de la forma más natural. Lo legislado no importa puede incumplirse y no pasa nada, lo que interesa es alcanzar los objetivos deseados sea cual sea el procedimiento. Y esto abarca desde pretender realizar un referéndum de carácter independentista a realizar una corrida de toros.
Estos días en los medios de comunicación han aparecido unas declaraciones del concejal Richart, sobre la corrida del día 7 que por su contenido y razonamientos son peculiares de este pavoneante manéjero, de entresijos municipales y, amigo de titulares rimbombantes pero poco clarificadores, en los que trata por todos los medios de autentificar sus decisiones en detrimento de las alegaciones de terceros en una muestra clara de narcisismo político.
Que a toro pasado quiera dar marchamo de legalidad a su actuación en este asunto, ¡no nos vale! Porque en el momento de la concesión por Decreto de la Plaza a la JCF, tenía ante sus ojos un informe extendido por el Técnico de Administración General que era contrario a este procedimiento dado que existían otras peticiones.
Al autorizarse, a pesar del informe, se estaba plenamente convencido que se vulneraba la Ley y sin embargo el tramite siguió adelante. No importaba el medio sino el fin.
Que posteriormente, el 2 de Octubre aparezca un informe de Secretaria General, que no pongo en duda, que después de estudiados todos los entresijos existentes en lo legislado, diga si pero con ciertos flecos, no valida su actuación. Porque se argumenta que se hace la cesión a una entidad sin animo de lucro y porque era para un uso de interés general para el Municipio.
Los informes pueden afirmar que la cesión fue legal pero no corroborar que la JCF celebrase la corrida del día 7. Resulta llamativo que en ningún informe ni momento se indique que la JCF, beneficiaria de esta cesión de uso, tuviera ya, de antemano acordado con una Empresa Taurina, esta si, con ánimo de lucro, el realizar la corrida del día 7. Hecho este que no puede ser negado pues el propio concejal dió en prensa hasta el posible cartel. El mismo día que afirmo que se harían toros si o si.-
Por tanto, el pueblo, no podemos negar la veracidad de los informes, ni es nuestra intención, al hacer el Ayuntamiento la cesión de la Plaza de Toros a la JCF para el día 7 de Septiembre, lo que queda, también, de manifiesto es que la Empresa que realizó la corrida jugó con ventaja respecto de los otros solicitantes, que olímpicamente fueron descartados, dado que a los organizadores los amparó un Decreto para llever a cabo la corrida siendo colaboradores, asi figuraba en los carteles el Ayuntamiento y la Junta Central de Fiestas.
Dejando este punto en el campo de la duda, hemos de manifestar que el procedimiento para dar el resultado económico tampoco es de lo más clarificador. Se dice que la JCF ha recibido 10.200 euros y que podían haber sido más de venderse las 500 entradas que quedaron en taquilla.
¿Aquí se acaba la historia? Creo que no. Creo, Sr. Concejal que al pueblo debe, aunque sea la primera vez, dársele una amplia información de gastos y beneficios, porque estamos hablando de dinero municipal y merecemos saber que se hace con los fondos que nos pertenecen.
Esta actuación, aunque no la única, fue contra informes de técnicos. Otras han sido sin ellos, No cabe duda que es un camino en el que solamente importa el fin o el beneficio de algunos y no el bien general. Y se olvida la promesa que hicieron de cumplir y hacer cumplir lo legislado. Este es uno de los tantos asuntos en los que pasan olimpicamente de dar explicaciones. Espero no transcurran tres o cuatro meses para que se dignen decir algo más al `pueblo.
Ernesto Pardo


