Villena arde en fiestas. Moros y Cristianos inundan las calles con sus vistosas y espectaculares ropas de gala. Por todas partes huele a pólvora de los arcabuces. Por la tarde, el gentío se dirigió a la improvisada Plaza de Toros. El ambiente era ayer envidiable. Un público festivo que llenó hasta la bandera el coso desmontable. Todo esto evidencia que la necesidad de recuperar de una vez para siempre el viejo coso es perentoria.
En una corrida más triunfalista que triunfal, Juan José Padilla se llevó nada menos que cuatro orejas, un rabo y petición de otro. Finito de Córdoba no consiguió apéndices por fallar con la espada, pero puso la mayor voluntad para redondear en sus dos oponentes.
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El alicantino Luis José Amador, que reaparecía, cortó una solitaria oreja en el primero de su lote. Abrió plaza el rejoneador Sergio Vegas, que sustituyó a Manolo Manzanares, después de que éste presentó un certificado médico con una dolencia en la espalda. El vallisoletano cortó dos orejas en su toro.
Se lidiaron seis ejemplares de Sayalero y Bandrés, que sustituyeron a los de Toros de San Miguel por haberse matado dos de ellos en una pelea. Los seis, tan nobles como escasos de fuerzas, algunos de ellos con muy poco recorrido.
Seis largas cambiadas
El jerezano Juan José Padilla, con sus largas cambiadas de rodillas -al segundo de su lote le dio seis-, con su muletazos sentado en el estribo y con sus espectaculares tercios de banderillas, se llevó el gato al agua en la corrida de ayer en Villena. Toreó bien a sus dos toros con la capa, los banderilleó de poder a poder y en la suerte del violín. Con la muleta estuvo temerario en ambos toros. Como mató con rapidez, consiguió los máximos trofeos, haciendo que el público gritara su nombre. Se llegó a solicitar que sea el pregonero de las fiestas el próximo año.
Luis José Amador se encontró con un lote muy soso y de cortas arrancadas, pero estuvo muy firme y seguro de lo que hacía. La buena estocada que proporcionó a su primero le valió una oreja. En el segundo cumplió y fue aplaudido.
Finito de Córdoba se fue de vacío, pero no por culpa de él, sino de sus espadas. Estuvo toda la tarde muy voluntarioso y aunque sus toros eran muy parados, el de Córdoba insistió, logrando hacer faena y que la música sonara en su honor. Lo que pudo haber sido un éxito quedó en una gran ovación en su primero y silencio en su segundo.
Luis José Amador brindó su primer toro a la alcaldesa de Villena, Celia Lledó, por lo mucho que, según dijo, está haciendo para recuperar la Plaza de Villena.
El público se mostró muy cariñoso con los toreros en todo momento, animándoles en sus faenas y coreando la música que sonó toda la tarde en honor a los diestros.
TIRSO MARÍN. La Verdad