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Elda

César González cursa su baja en UPyD por diferencias con el partido. Tilda a la dirección como un grupo “revientapartidos” y un “fraude sin democracia interna”

César González cursa su baja en UPyD por diferencias con el partido. Tilda a la dirección como un grupo "revientapartidos" y un "fraude sin democracia interna"

Comunicado del edil César González.
Distinguidos señores, a través de la presente les participo de mi doble decisión de solicitar de forma irrevocable la baja como militante de Unión, Progreso y Democracia (cuyo carné les devuelvo), y mi voluntad de abandonar el grupo municipal de UPyD en el Ayuntamiento de Elda, donde continuaré desarrollando mi labor como concejal no adscrito por el compromiso inequívoco de seguir representando a los 1.614 ciudadanos que votaron mi candidatura en las últimas elecciones locales, confiando en una serie de principios y valores que UPyD no representa.
Las razones que sustentan esta importante decisión se fundamentan, en esencia, en la falta de democracia interna del partido, y el palmario incumplimiento de principios como el de la regeneración democrática. El continuado goteo de cargos orgánicos y públicos que hemos abandonado las filas de UPyD en los últimos años, no hacen sino poner de relieve la incuestionable veracidad de la afirmación que hago en la frase anterior, abriendo el melón en 2009 de esta senda de deserciones personas tan poco sospechosas de tener intereses personales como Mikel Buesa.
En mi caso particular, existe una dilatada trayectoria de desencuentros con la estructura orgánica del partido, haciéndome la vida imposible con distintas actuaciones que han realizado contra mi persona, y con tres intentos de expedientarme (dos por el CT de la Comunidad Valenciana y otro por el Consejo de Dirección), que si no se han materializado es porque no han encontrado base jurídica y legal para hacerlo.
El arranque de esta obsesión persecutoria contra mi, comienza con el pucherazo que desde distintos estamentos se preparó en el congreso territorial de la Comunidad Valenciana de febrero de 2009, reconocido posteriormente por ustedes, sin adoptar ni una sola medida correctora, ni disciplinaria, contra los responsables. Cabe preguntarse si esa indolencia se debe a que miembros cercanos a la dirección estaban detrás de todo aquello.
Tras este hecho, he podido observar de forma reiterada, que es práctica común en UPyD que el aparato del partido prepare listas cerradas para asegurarse la elección de sus promocionados, propicie o deniegue afiliaciones en función de sus propios intereses electorales internos, cierre censos electorales en el momento en que le es conveniente, o convoque elecciones a órganos en determinadas fechas para obtener ventaja. Todo ello está muy lejos de representar una democracia limpia y de calidad, siendo más propio de una organización con tintes sectarios.
A mi entender, estas prácticas no son más que una forma de organizar pucherazos. Cuando aún a pesar de todo esto no consiguen perpetrar sus objetivos, se inventan cualquier excusa para montar una gestora y expedientar a los elementos incómodos, o desprecian hasta en público a los candidatos que no son de su agrado, con lo que así vulneran la voluntad expresada por los afiliados en las urnas, a los que constantemente nos faltan al respeto, ninguneándonos, y conculcando un principio básico de nuestra sociedad y de una formación política a la que las palabras democracia y unión le quedan grandes.
Y así he podido comprobar, que por no estar entre los elegidos de su partido, han planteado distintas actuaciones para aislarme políticamente en el Ayuntamiento de Elda. Incompresible resultó la falta de apoyo jurídico cuando el PP presentó una querella contra mi persona por injurias y calumnias en la que me pedían dos años de cárcel o 100.000 euros de indemnización, toda vez que mi actuación fue posteriormente refrendada por los tribunales de justicia. Cuando a través de un auto judicial pude demostrar que perdí mi empleo por no poder compatibilizarlo con el acta de concejal, sin que en aquella época recibiera remuneración en el Ayuntamiento, recibí el silencio por respuesta. Recientemente pincharon las ruedas de mi coche, presumiblemente por mi pertenencia a UPyD, en unos meses en las que hubo varias agresiones a las sedes del partido, pero nadie condenó estos hechos públicamente, ni recibí muestras de apoyo.
Ni una sola vez ha salido un responsable orgánico, ya fuera nacional, territorial o local, a defender o apoyar a su concejal en Elda. Las pocas veces que desde la estructura local se ha intervenido, ha sido para desprestigiarme: la primera vez para anunciar que me ha habían dejado fuera del Consejo Local; la segunda, para criticar mi forma de hacer política al considerar que me excedía en mi labor de fiscalización al PP en Elda; la tercera, por parte de la dirección territorial, para contradecir el sentido de mi voto en un pleno en un asunto estrictamente local del que no podían tener elementos de juicio para emitir dicha opinión; la cuarta, para anunciar que me habían dejado fuera del Consejo Político de la Comunidad Valenciana. Y luego hubo una quinta acción, la denuncia que me puso en los tribunales un miembro del Consejo Local de Elda cuando afloraron en los medios sus presuntas corruptelas.
Estas constantes acciones de acoso y derribo por parte del órgano local y ante las que ustedes han girado la cabeza hacia otro lado convirtiéndose así en cómplices -de las que sólo indico las más destacadas-, son la consecuencia de mi negativa a permitir que en el puesto número 2 de la lista de las elecciones locales de 2011 estuvieran los delfines de los tres grupos de presión que detentan el poder orgánico en la agrupación de Elda, quienes desde entonces, tienen una obsesión enfermiza con apartarme de la vida pública. He mantenido varias reuniones con la dirección local para tratar de llegar a una solución al problema, pero ha sido absolutamente imposible, porque tienen su hoja de ruta marcada desde el primer instante.
Pese a todo ello, mis servicios al partido, en ningún momento han decaído y hasta este misma semana he hablado en nombre del mismo, guiado por la esperanza de que la vía de los hechos levantaran el telón de oprobio que entre todos han levantado contra mi persona por el simple hecho de ser una voz crítica en un momento determinado y con la razón de mi lado. Modestamente, tengo una trayectoria política apreciable, y juventud por delante como para acatar aquello que es injusto.
He tenido que luchar ante los estamentos de defensa de derechos para disponer de los elementos mínimos materiales para desempeñar mis funciones en el Ayuntamiento, y he desarrollado mi trabajo en absoluta soledad, sin ningún tipo de apoyo humano al no contar con personal; y en mis inicios sin percibir un sueldo público, algo que como ya les he comentado, me costó mi empleo.
Soy fundador del partido en mi municipio al haberme afiliado en la primavera de 2008. Con una enorme ilusión y esperanza ahora defraudada empecé a trabajar. He sido apoderado en todos los procesos electorales existentes desde entonces y colaborador en cuantos eventos se han organizado en la provincia de Alicante. También he sido el primer responsable orgánico municipal, responsable de Organización de la agrupación local primigenia de ámbito comarcal, vencedor de unos primarias, primer concejal electo en Elda y delegado nacional en el II Congreso. De nada han servido mis logros políticos y electorales, dejando a la ciudad de Elda en las últimas europeas con un porcentaje de voto superior al 10%, cerca de cuatro puntos por encima a la media de UPyD en España y haciendo crecer al partido en cada nueva cita con las urnas.
Como de pucherazos se trata, la gota que ha colmado el vaso y que me ha hecho llegar a la conclusión de que este partido no tiene solución, es la preparación de uno nuevo, este vez en el marco del congreso local de Elda que se celebrará el 14 de junio, para el que llamativamente se abrió el plazo para presentar candidaturas el día 30 de mayo, en el marco de la importante festividad local de Moros y Cristianos. Astracanada mayor resulta inconcebible. Todo dirigido al objetivo de que prospere una candidatura continuista con la actual dirección local, muy alejada de encarnar los valores que preconiza, pero no cumple, UPyD.
Convocan elecciones y cierran el censo por sorpresa. Conozco por informaciones de los propios interesados, que no han incluido en el censo hasta 15 fichas de afiliación por el solo hecho de ser sospechosas de ser afines a mi persona, y sepan que un número similar no se ha podido tramitar debido a lo sorpresivo de la convocatoria. Mienten a dos afiliados, ni más ni menos que de puño y letra del máximo responsable nacional sobre este área, denegando su afiliación con el falso argumento de que se habían negado a entrevistarse con la estructura territorial; y en su afán por borrar todo cuanto sea sospechoso de ser afín a su concejal, deniegan a estas personas hasta la posibilidad de que sean apoderados en las elecciones europeas.
Ahora bien, a través de terceros he podido saber que todos los nuevos afiliados afines a la dirección local (alrededor de 20) que han solicitado el alta con el único objetivo de votar en el congreso local, han sido admitidos, engordando el censo artificiosamente al favorecer unas fichas y denegar otras para que prosperen aquellos a quienes ustedes protegen. Cabe preguntarse si es que con anterioridad a la convocatoria del congreso y del cierre del censo, el Consejo Local disponía de información privilegiada.
Hasta aquí el capítulo de democracia interna. Ahora empezaré con el de regeneración democrática. La agrupación de Elda resultó literalmente dividida pocos meses antes de las elecciones de 2011, cuando se alientan y permiten una serie de afiliaciones de dos grupos de exmilitantes del PP y un tercero de funcionarios del Ayuntamiento, a los que unía su interés común por vengarse de la actual alcaldesa por el simple hecho de eliminar una serie de privilegios de los que disfrutaban y porque desean repartirse cargos, sueldos y prebendas sin ninguna convicción en valores políticos. Así las cosas, se configuran un total de tres grupos de presión interno con una cuestionable trayectoria política a sus espaldas.
El primero, liderado por un exconcejal popular famoso por votar con el PSOE hace algunos años, en contra del criterio de su partido, a favor de un campo de golf con 7.000 viviendas en una zona sin agua. El segundo, liderado por otro exconcejal popular, promotor hace años de una candidatura local integrada por rescoldos del zaplanismo, y del que últimamente ha trascendido en la prensa que su familia ha pedido la recalificación de unos terrenos rústicos a comerciales, por lo que me pregunto si en el hipotético caso de que UPyD sea determinante en el Ayuntamiento de Elda a partir de 2015, este asunto será condición sine qua non para formar gobierno.
El tercero, liderado por un funcionario del Ayuntamiento cuyos hijos tienen una empresa a la que el Ayuntamiento, antes de 2007, dio cientos de obras que hemos acabado de pagar recientemente por un valor de más de un millón de euros, vulnerando la Ley de Contratos del Sector Público al incurrir en fraccionamiento de contrato. Entre estos tres grupos y sus seguidores, conforman la dirección local, que más que cargos orgánicos, su proceder se asemeja al de un grupo de revientapartidos, algo que ya han hecho en las organizaciones por las que han pasado, dejando un amargo recuerdo entre sus anteriores compañeros.
Si esta ejecutiva local, dirigida por la hija de uno de esos, es un modelo de ética, transparencia, honradez y regeneración democrática, en este partido existe un problema manifiesto de esquizofrenia política, porque todos los hechos que cito, han sido publicados en prensa y son de dominio público, sin que ustedes hayan tomado absolutamente ningún tipo de medida contra esas personas. Es más, ahora todos los ingredientes los ponen de su lado para que a través de sus acólitos puedan continuar dirigiendo UPyD en Elda.
Por todas esas razones me marcho; y no, no entrego el acta, porque no voy a dejar abandonadas a las cientos personas que confiaron en mí, a los que seguiré representando con la mayor dignidad y entrega posible, porque a ellos me debo y solamente a ellos, porque a muchos los conozco personalmente, porque son mis convecinos y mis amigos, porque votaron un cartel en el que salía impreso mi rostro, y porque son depositarios de los valores que UPyD ha traicionado con estos hechos. Hemos de preguntarnos, por tanto, si quienes no han sido capaces de ofrecer ni un solo segundo de lealtad a su concejal, son dignos de la misma.
Estoy aquí por ideas y no por siglas; y mis ideas siguen siendo las mismas que eran, por encima de la marca de márketing en la que se ha convertido este partido megalómano, que tiene por objetivo servir a los intereses de una sola persona, que cercena cualquier brote de inteligencia o cualquier liderazgo alternativo al existente, en el que prosperan los palmeros y los perros fieles, que se niega a encontrar puntos de unión con partidos ideológicamente afines, y cuya dirección ha adoptado unas formas dictatoriales y antidemocráticas, de las que espero que pronto los ciudadanos sean conscientes. Si he continuado hasta ayer, era porque confiaba en que los problemas tuvieran solución, pero visto que no es posible, lo más juicioso es marcharse.
De todo esto sólo lamento la reacción que puedan tener los afiliados de la formación, en su mayoría personas honradísimas y rectas que desconocen la verdadera cara del partido, confiados en la veracidad de su discurso y que se afilian creyendo que podrán contribuir con su participación a conseguir unos objetivos que son irreales y que considero una absoluta farsa, porque ustedes con sus acciones los pervierten.

Un cordial saludo,
César González Sánchez,
Ex portavoz del grupo municipal de UPyD en Elda

Tal y como trasladé ayer a los miembros de la Junta de Portavoces, hoy tras el pleno extraordinario he formalizado el abandono del grupo municipal de UPyD presentando un escrito en Secretaria y esta misma tarde enviaré una carta a la dirección del partido en Madrid solicitando la baja, en la que explico detalladamente las razones de esta decisión y les devuelvo el carné de afiliado. De este decisión fue informado el martes el coordinador de UPyD en la Comunidad Valenciana, y de la misma, pese a que aún no la he mandado, me consta que son conocedores en Madrid. Han tenido, por tanto 48 horas para buscar una solución y no lo han hecho, por lo que me voy con la conciencia limpia, porque en todo momento mi proceder ha sido recto y transparente, tanto con mis compañeros de corporación, como con los cargos orgánicos de mi partido.
Quiero explicar que me marcho por ideas, principios y valores y asumiendo una situación complicada, puesto que lo fácil hubiera sido permanecer en el grupo municipal y esperar a que acabara la legislatura para buscar acomodo dentro de un partido con unas importantes expectativas de crecimiento, que dejo en lo más alto y al que he defendido hasta el último instante. Ser concejal no adscrito supone renunciar a derechos, pero llega un momento en el que hay que tomar decisiones valientes y drásticas.
En relación a las acusaciones de UPyD que me han hecho de transfuguismo, las rechazo de plano por inciertas, porque yo no me he ido a otro partido, ni tengo intereses personales en mi acción, ni he roto la disciplina de voto, ni he apoyado a un candidato de otra formación política, ni promovido una moción de censura, porque eso es el transfuguismo. Es irónico y gracioso que un partido que un su dirección local sí que lleva un tránsfuga reconocido y público que rompió la disciplina de voto de su partido para apoyar un campo de golf, me dedique tal apelativo.
Aún resulta más sorprendente que el CL en su comunicado, ya pueda saber quién será el ganador de primarias, y la fecha de las mismas, lo que hace veraz aquello que en unos momentos contaré sobre la falta de democracia interna y los pucherazos que organiza este partido.
Tal y como se ha publicado en algunos medios, también rechazo de plano que haya entrado en contacto con ningún otro partido, aunque sí que quiero expresar públicamente mi simpatía y admiración por el trabajo de Ciudadanos y Albert Rivera, cuyo discurso me parece creíble, algo que no es excepcional en mí, porque pese a la dirección de UPyD, así nos parece a la inmensa mayoría de los que hemos pertenecido a UPyD. De momento me voy a tomar un periodo de reflexión, continuando con labor política de servicio a mi ciudad y cuando cesen los calores, ya veremos que camino tomo, porque por mi edad y mi trayectoria, sí que tengo la intención de continuar en política, pero no sé cómo, ni cuándo.
En relación a la petición del acta, es algo del todo absurdo, porque fue precisamente mi empeño por que en el número 2 fuera una persona honrada e íntegra, María José Beltrán, y que me consta que es muy crítica con las acciones de este consejo local, lo que provocó que se me echaran encima. Así que no voy a consentir que por huir yo del fuego, deje a una persona a la que le van presionar y hacer la vida imposible, algo que ya hicieron con ella en campaña electoral con acusaciones de todo tipo, como después lo han hecho conmigo, con el objetivo de obligarla a dimitir, para que vuelva a correr la lista y entre el 3, que es Silvia Poveda. Eso no lo van a ver ni en sus mejores sueños. Aguantaré las críticas y estoy seguro que con el tiempo todo se aclarará, porque en Elda todos sabemos que la dirección local de UPyD no son más que un grupo de revientapartidos.
En definitiva, es el compromiso que mantengo con mis votantes lo que me impide abandonarlos, porque tal y como explico en la citada carta, he llegado a la conclusión de que UpyD es un fraude, porque no existe democracia interna y porque su bandera, la regeneración democrática, es la ficción más absoluta que existe; partido que además, en ningún momento me ha apoyado, me ha hecho la vida imposible y que incluso me ha denunciado en los tribunales, por lo que juzguen ustedes si merece la pena continuar con semejantes compañeros de viaje.

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