Lamento, o mejor dicho siento pena, cuando leo los comentarios, de los foristas a los escritos, de opinión, que se publican en los distintos medios. Y siento pena porque en ningún momento se contradice, razonadamente, la opinión, ni se analiza en profundidad la veracidad de lo expuesto, sino por el contrario se arremete contra la persona, con descalificaciones, por considerarlo no afin, alguna de ellas fuera de contexto y se vuelve la vista al pasado para hacer afirmaciones, que por estar fuera de lugar y por no tener debidamente documentadas, no pasan de meras charlotadas.
No cometeré el error de citar a una serie de foristas, algunos conocidos, que amparandose en el anonimato, de los seudonimos, se dedican, en ocasiones de forma grosera, como antes digo, y en otras mintiendo, a tratar de construir la verdad que a ellos les interesa.
Excepto honrosas excepciones se trata de una panda, de amiguetes, que juega a las descalificaciones, y que fundamenta sus comentarios en verdades a medias o en mentiras. Y olvidan, por completo, la verdadera esencia de lo que es un dabate y por ende desaparece el contraste de pareceres, el dialogo y la busqueda de la verdad, puntales necesarios, para el alcance y desarrollo del bienestar de los pueblos.
Jamás desde premisas falsas se obtiene una conclusión verdadera, por ello no se puede, como alguien en un foro hace, afirmar que el Sr. Esquembre es Alcalde porque «el pueblo le ha dado su confianza a los Verdes para gobernar». Eso, se mire como se mire, es falso de toda falsedad y quien lo afirma lo sabe.
No se puede decir «que es una pena que tengan liberados», el P.P. en el Ayuntamiento, cuando quien esto dice sabe perfectamente que fué el partido más votado y que si no gobierna se debe más a lo legislado que a la petición popular. Aunque otro forista, que de matematicas debe estar en la inopia, hace un enrebesado galimatias matematico para llegar a la conclusión de que solamente debia obtener 10 o 11 votos.
¡Sr. forista su comentario no es serio! No quiero ni calificarlo.
Se puede estar de acuerdo o no con determinadas situaciones o con ciertas posiciones, pero no debemos dar la espalda a la verdad, porque
nuestro ideario politico sea distinto ni tampoco debemos de denostar a nuestro projimo usando una fraseología que nada dice a nuestro favor.
Mal se razona cuando se tienen, en el pensamiento y en la boca, más que frases, colores.
Flaco favor hacemos a la democracía cuando nuestras reacciones son más viscerales que razonadas. Todos debemos tenerlo en cuenta.
Ernesto Pardo.-