El aire en Agost empieza a ser pesado y poco respirable. Pasear por sus calles ha dejado de ser un ejercicio vecinal agradable, ya que el número de parados aumenta inexorablemente cada día situándose en este mes de enero en 350 personas sobre una población de poco más de 4.000 habitantes, sin incluir los despidos producidos por los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Mientras tanto, el equipo de gobierno de Agost, responsable directo de la falta de esas medidas que hoy harían que la crisis no nos sacudiera violentamente, responsable a su vez de la falta de trabajo, iniciativas y soluciones que un político en el gobierno debe aportar, está durmiendo en sus laureles. Y digo laureles por no decir otra cosa, ya que como a ellos el paro no les afecta, están muy ocupados dilucidando quien se queda con la poltrona.
Necesitamos un equipo que dirija y lidere el cambio, soluciones, ideas. Nadie tiene una varita mágica para arreglar los problemas, pero cualquier adulto que se precie sabe que a los problemas sólo les llega la solución con trabajo en equipo, inventiva y esfuerzo personal.
El PSOE ya ha demostrado todo lo que sabe hacer, que es más bien poco. Es tiempo de cambiar. Cambiar en nuestra actividad industrial, en nuestras formas de negocio y de vida, es tiempo de reconvertir nuestras fábricas, de dar formación a nuestros trabajadores, de bajar los impuestos, de recortar gastos municipales. En una palabra, es el momento de las personas que, como los que estamos en el partido Popular, queremos arrimar nuestro hombro al de los vecinos que están en el paro, al de los empresarios que se ven abocados a cerrar, al de las amas de casa que no tienen con qué comprar y salir con ideas y con medidas tajantes de esta situación tan penosa para todos los que vivimos la realidad de la calle.
El PSOE ha agotado su tiempo y Agost no puede esperar más.