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El PSOE muestra en público su rechazo al trasvase de Ebro

El PSOE muestra en público su rechazo al trasvase de Ebro

CANFALI EL SEMANAL
CÉSAR GONZÁLEZ
Los concejales socialistas de Aspe han mostrado en público su rechazo al trasvase del Ebro El PP les puso en el brete de apoyar una moción en la que se exigía al Gobierno que retomara la ejecución del derogado proyecto para llevar agua al Júcar y al Segura, así como a la provincia de Almería. Se trata de la primera ocasión en la que los populares ponen en aprietos en debate plenario al equipo de gobierno por el tema del agua. El alcalde, Roberto Iglesias, insistió en justificar que pese a tumbar la propuesta “yo no he dicho que esté contra el trasvase, pero con el agua hay que ser práctico”. Y votó en contra.
Dicho esto argumentó que al aprobarse la financiación para el Júcar-Vinalopó la Comisión Europea ya advirtió en una resolución sobre su rechazo a llevar caudales excedentarios del Ebro al Júcar, cuencas que supuestamente iban a estar interconectadas para posibilitar el trasvase al Vinalopó. En el debate no intervino EU, al no estar presente su portavoz, Antonio Puerto, ausente por motivos luctuosos.
Una vez Iglesias anunció el voto en contra de su grupo, juzgó como una “simpleza absurda” deducir que a raíz de esta decisión “el alcalde está en contra del agua”. Al mismo tiempo sembró su discurso con constantes acusaciones al PP de hacer un uso “puramente electoralista” del agua para buscar palabras “rimbombantes” de la guisa de “el presidente del Gobierno nos ofende”, entre otras sentencias. El alcalde espetó al PP y a su portavoz, Nieves Martínez, que el Ebro “os importa un comino y un pito”, y también acusó a los conservadores de diseñar un Plan Hidrológico sin consenso, “a lo Cañete”.
Roberto Iglesias recalcó que el Tribunal Constitucional considera que la derogación del trasvase a través de un decreto ley se ajusta a derecho, y resaltó el compromiso electoral de Rodríguez Zapatero de derogar el trasvase si alcanzaba el poder. En la misma línea, defendió que el Ministerio de Medio Ambiente propugna las alternativas del programa AGUA consistentes en la desalación, la reutilización y en menor medida los trasvases. Iglesias, por último, hizo brillar en su oratoria uno de los principales logros de su mandato, la incorporación de la localidad a la Mancomunidad de los Canales del Taibilla para obtener agua potable.
Expuestos estos motivos, el alcalde puntualizó que esta moción “no es de recibo”, y que sería “rechazada, pero no despreciada”. Pese a las peticiones de la bancada popular de que Iglesias retirara que el asunto del Ebro les importa “un comino y un pito”, el mandatario aspense hizo caso omiso de las reclamaciones y se reafirmó en mantener sus declaraciones.

CONSENSO HISTÓRICO

La portavoz del PP negó las acusaciones de electoralismo recordando el tradicional consenso en torno al agua que ha prevalecido históricamente en el Ayuntamiento de Aspe. Asimismo, apeló al espíritu de solidaridad entre regiones que impregna la Constitución Española. Nieves Martínez replicó que los postulados socialistas en torno a los trasvases son “electoralistas”, puesto que con la derogación del Ebro el PSOE buscaba favorecer los pactos políticos con Esquerra Republicana de Catalunya, partido político “que quería la derogación de todos los trasvases”, pretensión nacionalista que llevó el Gobierno a buen término a través de un “decretazo” sin contar con la asesoría técnica que avalara la decisión de la derogación.
Martínez recordó que aún con los aportes del Júcar al Vinalopó, la comarca seguirá padeciendo un déficit estructural de hasta 200 hectómetros cúbicos. En cuanto al Júcar, criticó el cambio de toma al Azud de la Marquesa por estar ejecutado desde Cortes de Pallás en cerca del 50%, y apuntó que de no haberse derogado el Ebro, para el año 2008 estaría construido la mitad del trazado. La edil tildó ambas decisiones de “atentado contra lo que está bien para nuestra tierra”. “Sois vosotros los que rompéis el acuerdo”, significó al respecto.
Los conservadores pretendían que el Ayuntamiento hiciera pública una declaración expresa de rechazo a las palabras de Rodríguez Zapatero pronunciabas en Tarragona el 10 de junio, cuando tildó el Ebro de “proyecto absurdo”, lo que a juicio del PP es “un claro desprecio” y “ofensa” a la Comunidad Valenciana y a los derechos constitucionales del pueblo valenciano. Para el PP, la derogación no se debió a criterios técnicos, sino al cumplimiento de un “compromiso político” con Cataluña.
Al mismo tiempo, los populares expusieron que el Ebro vierte cada año al mar 12.000 hectómetros cúbicos. Por tanto, querían que el Ayuntamiento de Aspe reconociera la necesidad de construir este trasvase como “única vía” y “mejor opción” para solucionar la sequía de la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería, frente a la alternativa de la desalación “masiva”, dado que “proporciona más agua, a mitad de precio y con menor impacto ambiental”. A juicio del PP, Rodríguez Zapatero desprecia el espíritu de la Constitución en lo referido al principio de solidaridad, y además niega el recientemente aprobado Estatuto de la Comunidad Valenciana en el artículo relacionado con el derecho de los valencianos a disponer del abastecimiento suficiente de agua de calidad.


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