Actualitat de l´Alt Vinalopó, el Vinalopó Mitjà, l´Alcoià, El Comtat i l´Alacantí
Sax

Procesión de San Blas

Procesión de San Blas

Durante la dominación árabe, en época almohade (siglo XII), se construyó una torre en el castillo (que fue ampliado con la Torre del Homenaje en el siglo XIV). En la primavera de 1239, una cabalgada dirigida por el Vizconde de Cardona, D. Ramón Folch IV, y guiada por D. Artal de Alagón, hijo de Mayordomo Mayor de Aragón y conquistador de Morella, D. Blasco de Alagón, sobre las tierras del reino moro de Murcia, tras fracasar en Villena, marcharon a Sax, en poder de los moros, produciéndose el primer contacto de la villa con los conquistadores cristianos, con la mala fortuna de la muerte de D. Artal de Alagón, producida por el golpe de una piedra sobre su yelmo, arrojada desde las defensas del pueblo por sus habitantes moros.

Ese año, y al tercer intento, las tropas de Jaime I El Conquistador, mandadas por el Comendador de Alcañiz, de la Orden de Calatrava, con la ayuda de los almogávares, conquistaron Villena y Sax. Por el tratado de Cazorla (1179), que se ratificó en Almizrra (1244), Sax, junto con Villena, pasó a la Corona de Castilla y se integró en el Reino de Murcia, hasta que en 1836, con la nueva división provincial de España, se integró en la provincia de Alicante.

Estos acontecimientos siempre estuvieron presentes en la memoria de los sajeños, y a lo largo de los siglos, en un proceso paralelo al ocurrido en otros muchos lugares de la Comunidad Valenciana y regiones limítrofes, han desembocado en las Fiestas de Moros y Cristianos en Honos a San Blas, Patrón de la Villa de Sax desde que en 1627 los sajeños prometieron en votos solemnes celebrar “DESDE AHORA Y PARA SIEMPRE” la festividad del día de San Blas, para demostrarle su devoción y agradecimiento por haberles librado de una epidemia de “garrotillo”, una de las variedades de la difteria.

Desde entonces San Blas se ha convertido en forjador del pueblo sajeño, y se le rinde homenaje cada año con la querida celebración de los Moros y Cristianos, con sus peculiares y entrañables características que le diferencia de otras poblaciones, como el “saltico”, su modo de desfilar marcando el paso, o la presencia de los “pajes”, niñas de corta edad que acompañan al capitán.

En su origen, la festividad de San Blas no sería más que una función religiosa en la Iglesia con asistencia de la totalidad de los vecinos y alguna que otra adición de juegos y danzas, amén de un alarde y de una serie de disparos de arcabuz hechos en honor del Santo, por los milicianos que así se presentaban ante la justicia y regimiento de la Villa, mostrando su adiestramiento en el ejercicio de las armas. Estos disparos y estampidos de pólvora irían tomando carácter obligatorio, integrándose con el tiempo en la celebración de la festividad como uno de sus actos más representativos.

Así, en el siglo XVIII, la Fiesta había evolucionado ya de la siguiente forma: el día de la festividad de San Blas, bien temprano, salían de la Iglesia el estamento eclesiástico, músicos y milicianos concejiles uniformemente ataviados y portando sus arcabuces, subían a la Ermita de San Blas para solemnizar en ella la Santa Misa, y poco después, unidos en procesión, bajar con San Blas por el itinerario tradicional hasta la Iglesia, bien amenizados por los dulzaineros y tamboriles y acompañados por los milicianos que disparaban a intervalos salvas en honor a San Blas con los arcabuces.

Dejaban al Santo en la Iglesia y después de comer, con el mismo ritual y acompañados de todo el pueblo, regresaban con San Blas a su Ermita.

HAZ CLICK AQUÍ PARA VER EL VÍDEO (Procesión San Blas)


240