La Asociación Finca del Cerezo
Pero, quizá, el logro más importante sea el de haber contribuido a elevar el grado de autoestima de estos jóvenes de procedencia y condiciones tan dispares: hermanos gitanos, inmigrantes uruguayos, una chica de la República del Congo, un niño de trece años que esconde sus bellos ojos o una joven madre maltratada, forman parte de los amigos de el cerezo.
El simple hecho de que chavales con gran absentismo y nulas posibilidades profesionales se hayan adaptado a un horario, a unas normas y se sientan útiles, ya es de por sí un éxito, comenta la pedagoga Rosa María Ferrándiz, cuya experiencia en centros cerrados e institucionalizados, como el existente en la Sierra de Cabreras, no es muy positiva si nos atenemos a los resultados, ya que no conozco ningún chaval que haya salido de este tipo de centros y se haya integrado a la sociedad, lo normal es que a la mínima oportunidad cometan cualquier delito.Ante esta cruda realidad, Ferrándiz lamenta que la administración no apueste por proyectos alternativos y mucho más humanos y efectivos como el que se desarrolla en el cerezo, siendo una iniciativa única en la Comunidad Valenciana.
Mari Nieves Ramos, presidenta de la Asociación se afana en conseguir garantizar la continuidad del programa, aunque para ello tengamos que mendigar.