La Guardia Civil busca pistas sobre los atracadores que el miércoles asaltaron dos panaderías de Villena ubicadas en las calles La Cruz y San Isidro. Los robos se produjeron por la tarde y en un intervalo de poco más de una hora. Los ladrones lograron huir primero de la panadería-confitería La Mallorquina, a las 18.30 horas, con un botín de 35 euros y a las 19.45 horas perpetraron el segundo asalto en la panadería San Isidro, de la que se marcharon a la carrera con 150 euros en billetes de pequeñas cantidades.
En ambos casos uno se quedó en la calle vigilando mientras el otro intimidaba a dueños y empleados con un cuter de hoja larga y un machete de unos quince centímetros.
Los dos asaltos los protagonizaron dos jóvenes de unos 25 años de edad que llevaban pantalones cortos, gafas de sol y ocultaban sus rostros anudándose sus propios jerséis a la cabeza. Según han descrito las víctimas hablaban castellano sin acento extranjero y se mostraron nerviosos y agresivos. Cada uno utilizó un arma diferente y tras cometer uno de los robos se metieron rápidamente en una cochera para intercambiarse la ropa con el supuesto fin de despistar a los agentes en caso de ser localizados.
En el momento del atraco en la panadería-confitería La Mallorquina se encontraba el propietario José Cañizares y sus dos hijas. “Estábamos trabajando cuando entró corriendo un joven y se metió dentro del mostrador. Entonces cogió la balanza pero al darse cuenta de que no estaba allí la caja registradora se puso muy alterado y empezó a gritar “dame el dinero o te pincho, dame el dinero o te pincho” y yo le dije a mi hija que le diera lo que hubiera en la caja para que se fuera”, relató ayer a este diario el dueño lamentando no encontrarse todavía restablecido de la operación de corazón a la que tuvo que someterse recientemente. “Precisamente el lunes me vine a casa porque ese día me dieron el alta en el hospital, y si llegó a estar bien no se lo que hubiera pasado porque yo a ese le hubiera plantado cara y se hubiera liado una buena”, advirtió Cañizares recordando que hace ya unos años -ahora tiene casi 65- ya pilló dentro de su establecimiento a un ladrón con el que se enfrentó y que tuvo que salir huyendo a toda prisa.
“Yo no me puse nervioso ni pase miedo pero lo que sí que siento -admite el que fuera presidente de la Asociación de Panaderos de Villena durante ocho años- es el susto que se han llevado mis dos hijas”. Pero más susto se llevó el propietario de la panadería San Isidro cuando el atracador le puso el machete en el pecho en presencia de su dependienta. “Es un trago muy amargo y todavía nos tiemblan las piernas de solo pensarlo”, comentó ayer Jaime Ortín, hermano del propietario asaltado.
“Hemos sufrido algún robo a puerta cerrada pero es la primera vez que nos pasa algo así y la verdad es que nos va a costar mucho olvidarlo”, remarcó Ortín.
http://www.diarioinformacion.com Pérez gil
