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Sax Villena

Colonia de Santa Eulalia: cuando el patrimonio se cae a pedazos

La Colonia de Santa Eulalia es un pedanía situada entre el término municipal de Sax y el de Villena. ​ La línea divisoria entre los términos de ambos municipios la conforma la calle de Salinas; hacia el norte corresponde a Villena y hacia el sur corresponde a Sax, aunque las competencias sobre la misma las tiene el Ayuntamiento de Sax. Su construcción se inició a finales del siglo XIX a raíz de la ley de colonias de 1868 y dentro del marco del socialismo utópico3​ y en la actualidad se encuentra semiabandonada, con muchos de los edificios principales en un avanzado estado de deterioro. 

En el lugar en que se levanta la Colonia de Santa Eulalia existió un cementerio andalusí, aunque no se sabe a qué localidad o alquería debió pertenecer.  El paraje se denominaba, ya tras la conquista cristiana, Prados de Santa Eulalia. Esta denominación tiene su origen en una leyenda según la que Santa Eulalia auxilió a las tropas de Berenguer de Entenza contra los sarracenos, y, en su honor, se alzó una ermita en el mismo lugar que ocupa la actual.4

La Colonia vista desde lo alto del cerro; de izquierda a derecha se distinguen la fábrica de harinas, la calle Salinas, la torre de la fábrica de alcohol, la peineta de la ermita y el Palacio de los Condes.

La colonia en sí comenzó a construirse a finales del siglo XIX promovida, a raíz de una ley de 1868, por Antonio de Saavedra y Rodríguez de la Guerra, conde de Alcudia y Gestalgar y por Mariano Bertodano y Roncalli, vizconde de Alcira. En sus orígenes era una gran finca de 138 ha de vides, olivos y almendros, regentada por esta familia. Antonio de Saavedra decidió asociarse a Mariano Roncalli para crear una colonia industrial según el modelo de otras existentes en Cataluña. Ésta fue declarada Colonia Agrícola de Primera Clase en 1 de julio de 1887, y tenía como fin el cultivo, recolección y elaboración de productos agrícolas.

 

 

 

Junto al historiador sajeño Alberto Ochoa recorremos las calles de la Colonia y admiramos los edificios que en ella se construyeron. Ochoa nos cuenta que, además de las casas de los trabajadores, la Colonia de Santa Eulalia contaba con una gran fábrica de harinas y otra de alcohol, así como el palacio de los condes, un teatro, un economato, un casino, una hospedería, una estación de ferrocarril y diversas bodegas, almacenes y almazaras. Los edificios se organizaron en torno a dos plazas, estando la principal constituida alrededor de la ermita de Santa Eulalia. Desde su construcción y hasta aproximadamente 1925, la colonia tuvo una gran importancia económica. A partir de esa fecha comenzó una lenta decadencia, que se vio acelerada por la guerra civil.

Cabe destacar que los principales edificios que componen su patrimonio histórico y arquitectónico siguen siendo de titularidad privada. El 19 de febrero de 2016 la Generalitat Valenciana declaró el poblado como Bien de Interés Cultural, tras trámites iniciados en febrero de 2015. Siete años después de aquella declaración, en febrero de 2023, la Generalitat Valenciana rechaza la propuesta surgida de los Presupuestos Participativos autonómicos para recuperar la Colonia de Santa Eulalia. Lo cierto es, que a pesar de los muchos proyectos planteados, no solo desde organizaciones e instituciones nacionales, sino también internacionales; y el interés por no perder este lugar histórico; la colonia de Santa Eulalia sigue deteriorándoles a pasos de gigante. El tiempo continúa su curso, mientras el legado de la Colonia colapsa al mismo ritmo que lo hacen sus edificios.


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