Un hombre que quería convertir el aire en su patria. Una joven que se baja de un tren llamado olvido. Un viudo que dibuja con tiza una frontera que planta cara a los autos. Una pareja que firma en su piel el principio de lo que está por venir. Dos octogenarias que leen el tarot en topless. Un astrólogo que sabe más del mañana que del hoy. Un padre que quiere salir de un botón llamado On. Un novio que deja de creer en el amor romántico antes de entrar en coma. Un filántropo cuyo oficio es fabricar armas para suicidios.
Un cantante profesional de karaoke que viaja a Helsinki sin retorno. Un tipo que decide entrar en un encierro poético. Una familia anclada al dolor de guardar la apariencia. Un mentiroso profesional. Un cerrajero que cierra la puerta de una venganza. Un patafísico fabricante de juguetes imposibles. Una primerísima figura del teatro local. Un autobús viajando sin brújula. Algo más que un gato. Faustino Ramales. Andrés de Andrómeda. Una madre que titubea con el incesto. Un ser que confunde amor con muerte. Un párroco adicto al peyote.
Esto es parte de todo lo que escribe con mucha imaginación Miguel Ángel Montilla, con quien tenemos la oportunidad de hablar.