Organizada por la Asociación de Cofradías tiene una antigüedad de más de ciento cincuenta años, a tenor de los textos conservados. La Semana Santa comienza en Villena el Viernes de Dolores, con el traslado de los pasos a la Iglesia Arciprestal de Santiago, desde donde parten, en procesión, las siete cofradías. Especialmente emotiva es la Procesión del Encuentro entre la imagen de Nuestra Señora de la Soledad y la de Nuestro Padre Jesús, momento culminante que va acompañado del canto de una saeta.
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NUESTRO PADRES JESÚS
Esta Cofradía se fundó en el año 1946. Sus fundadores pertenecían originariamente a la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas, pero al acabar la Semana Santa de 1945 vieron la necesidad de crear otra Cofradía independiente de la anterior.
El traje de la Cofradía, diferente al actual, no llevaba capa alguna. Era parecido a los anteriores de la Guerra Civil, con la única diferencia que en la cabeza no llevaba capirote, sino sólo la cabeza y cara tapada, que recordaba a las que se usaban en la antigüedad por los penitentes de Galilea. Fue bordado por las señoras de algunos de los promotores de la creación de la Cofradía.
La Imagen de Ntro. Padre Jesús fue donada por D. Vicente Valdés Archen a finales de 1944 y principios de 1945. Se guardó la Imagen en la Iglesia de las Trinitarias, pues la Iglesia de Santa. María fue parcialmente destruida durante la Guerra Civil Española.
En 1946 salió la Imagen con andas prestadas, pero en 1947 ya tenía andas propias, que fueron sufragadas por D. Francisco Fernández Barranco y hechas por la Casa de Muebles Valiente.
En 1948 se restaura la Iglesia de Santa María, y durante la Semana Santa de 1949 la Imagen de Nuestro Padre Jesús es trasladada a la misma y allí ha permanecido hasta la actualidad.
En 1974, la Cofradía por imperativo de unos jóvenes, y para dar mayor realce a la Cofradía, cambió los trajes, dándole más colorido. De ello se encargaron D. José García Pardo y D. Horacio Bravo Reig. El Estandarte de la Cofradía, deteriorado por el paso del tiempo, se cambió. De esta tarea se encargó Doña Paquita Reig Tormo, siendo el mismo el que actualmente se utiliza durante la Semana Santa.
Actualmente, la Cofradía está intentando portar a hombros su Imagen, que procesiona los días de Martes Santo (Traslado), Jueves Santo (Procesión del Silencio) y Viernes Santo (Procesión del Santo Entierro).
NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD
No se sabe cual es la fecha de fundación de esta Cofradía, pero se sabe que es la más veterana porque hay constancia de que existía ya en el año 1862, estando al frente de la misma D. Francisco Martínez Hernández. La Imagen de Ntra. Sra. de la Soledad fue quemada durante la Guerra Civil en la Iglesia de las Cruces, donde se guardaba.
Tras la contienda, el hijo del anterior, Sebastián Martínez Hellín, en cumplimiento de una promesa, restituyó la Imagen por la talla actual, siendo encargada a un imaginero de Valencia.
Así, en 1942 el Capítulo Caballeros del Santo Sepulcro, la Cofradía de la Soledad y La Hermandad del Santísimo Cristo de las Penas decidieron, animados de gran entusiasmo, reanudar las procesiones de Semana Santa, organizando, después de nueve años de interrupción, aquella primera procesión del Santo Entierro, que constituyó un acierto de organización, inolvidable por el fervor religioso de sus componentes, pero mucho más que por el fervor, por aquel silencio impresionante de toda Villena, que acudió presuroso a presenciar el magnífico cortejo del Santo Entierro del Señor. Desde entonces, 1942, procesiona todos los años durante la Semana Santa Villenera.
Esta cofradía viste hábito y caperucho blanco, junto con capa azul marino. Cuenta con más de 120 socios y procesiona en la Procesión del Silencio (Jueves Santo), en el Encuentro y en la Procesión del Santo Entierro (Viernes Santo).
La imagen de Nuestra Señora de la Soledad participa en el Encuentro con la imagen de Nuestro Padre Jesús en la mañana del Viernes Santo. Ambas imágenes proceden a encontrarse en la llamada Puerta de Almansa, donde nuestra señora se inclina delante de su hijo al tiempo que saeteros cantan con voces desgarradas y surcan el cielo palomas blancas.