La villenense
Vicenta Ferríz de 42 años de edad exigirá al
Ayuntamiento de Villena que aclare quien fue la empresa responsable
de no aislar mediante vallas los hoyos que el pasado septiembre de
2001 se realizaron en la calle Gil Osorio para proceder a instalar
las conducciones del gas natural.
Esta
mujer que no observó la existencia de los agujeros, mientras
caminaba, se cayó, en esa misma fecha, y sufrió daños
en tres dedos de su mano derecha. De manera que, denunció lo
sucedido. Pero, aclara que perdió el juicio y la han condenado
a pagar alrededor de 3012 euros de costas porque, según el
juez, no denunció a la empresa encargada, exactamente de esto
al haber varias subcontratas en estas obras.
Un
detalle, destaca Vicenta Ferríz, es que sufrió la caída
sobre la 1.30 del mediodía y a las 3.30 horas de ese mismo día
sus familiares volvieron al lugar de los hechos y observaron que
habían tapiado con cemento el agujero. También le
aseguraron esto algunos residentes en la calle Gil Osorio.
Como
consecuencia, dice Vicenta Ferríz que ahora tendrá que
iniciar de nuevo la denuncia en contra de la empresa a la cual se le
asignó a través de una subcontrata reponer el pavimento
afectado por los agujeros en la calle Gil Osorio. Y, además la
zona debía estar aislada por vallas protectoras que evitasen
el peligro para los peatones.
“Me
caí en la zanja porque iba con mi hija andando y no miré
al suelo”, recuerda. Al respecto añade que
inmediatamente acudieron a levantarla del suelo algunos vecinos que
transitaban por la zona y también se personó una
patrulla de la Policía Local, que la trasladó hasta el
Centro Sanitario Integrado de Villena.
“Se
me reventaron tres dedos de la mano derecha”, describe Vicenta
Ferríz angustiada por lo que le sucedió. De manera,
relata, que una vez que la examinaron los médicos observaron
la gravedad de los daños y la enviaron al Hospital Comarcal de
Elda que fue donde recibió la atención sanitaria que
precisaba.
Foto:
Vicenta Ferríz muestra la sentencia por la cual la condenan a
pagar 3012 euros por las costas del juicio /
TERESA CALDERÓN