La pasada semana llegaron a nuestras instalaciones dos pequeñas macacas de Berbería, procedentes de Francia, a las que hemos llamado Salima (8 meses) y Nour (2 años). Ambas muy jóvenes para recordar los bosques de cedros y robles del norte de África, de donde son originarias, y ambas provenientes de la tenencia privada: las dos han sido mascotas.
Salima, a pesar de su corta edad, fue encontrada con un arnés puesto abandonada por las calles de una población francesa. A Nour sus propietarios la tenían atada con una correa, decían que se la habían encontrado. Gracias a la colaboración con la organización francesa Treinte Million dAmis que se hizo cargo de los animales hasta que pudieron viajar hasta nosotros, ambas macaquitas han podido llegar sanas y salvas a Primadomus.
La llegada de animales tan pequeños es un indicativo más de que el tráfico ilegal de esta especie no cesa. Procedente de Marruecos y Argelia, el macaco de Berbería es el primate que podemos encontrar más próximo a Europa en estado silvestre. Por este motivo, desgraciadamente, se mantiene en las listas de mamíferos más decomisados en todo el continente. Pero este goteo incesante de aparición de crías es aún más grave, pues la especie se encuentra en peligro de extinción y cada uno de los individuos robados de la naturaleza y que nos encontramos en Europa, es un animal menos que podrá contribuir a la supervivencia de la especie en su estado natural.
Por ello, desde la Fundación AAP trabajamos para contribuir a la reducción en el tráfico ilegal del macaco de Berbería. En 2017, además, pusimos en marcha la campaña Born to Be Wild donde en colaboración con IFAW y las autoridades marroquíes y europeas pretendemos reducir la demanda de esta especie, luchar contra la caza furtiva y combatir el tráfico ilegal. Estamos desarrollando acciones para apoyar la conservación del macaco de Berbería en origen y la formación del personal implicado en descubrir la entrada ilegal de esta especie, para mejorar su detección.