Donde pone el ojo pone la bala, tiene una puntería que para qué, contigo no me meto… todos estos son tópicos que ella conoce muy bien pero que no la definen. Probablemente, sea una de las mejores tiradoras olímpicas de nuestro país, pero su humildad es tal que llegó a dejar de competir en algunos pueblos para evitar que le tomaran manía, ella siempre ganaba.
Tenaz, esforzada y constante tardó en dedicarse de pleno a la competición pero cuando lo hizo su carrera fue fulgurante. Actualmente ha vuelto a sus orígenes, a competir por el mero placer de participar y se nota que le llena, pero siempre con la punzada de saber que puede ir más allá. Los peldaños de nuestra Escalera nos llevan al campo de tiro donde entrena María del Mar Belda.