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Elda

LACTANCIA MATERNA

LACTANCIA MATERNA

La leche materna es el alimento más adecuado y natural para el bebé durante sus primeros meses de vida, proporcionándole los nutrientes que necesita para su adecuado crecimiento y adaptándose en cada momento a sus necesidades.

Una de sus principales propiedades es la de proteger al bebé frente a muchas infecciones como catarros, diarreas, bronquiolitis, otitis….mientras están siendo amamantados y, del mismo modo, disminuir la frecuencia o retrasar la aparición de otras muchas enfermedades futuras (asma, alergia, obesidad, diabetes…).

Pero los beneficios de la lactancia materna también se extienden a la madre, favoreciendo la recuperación de la mujer tras el parto. Las mujeres que amamantan pierden el peso ganado durante el embarazo más rápidamente y es más difícil que padezcan anemia tras el parto, también tienen menos riesgo de hipertensión y depresión postparto. La osteoporosis y los cánceres de mama y de ovario son menos frecuentes en aquellas mujeres que amamantaron a sus hijos.

Además, no sólo es el mejor alimento considerando su composición, sino también el aspecto emocional ya que el vínculo afectivo que se establece entre una madre y su bebé amamantado constituye una experiencia especial, singular e intensa.

Es importante que al niño se le ofrezca el pecho lo más pronto posible tras el nacimiento, a ser posible en la primera media hora tras el parto, ya que el principal estímulo que induce la producción de leche es la succión del niño, por lo tanto, cuantas más veces se agarra el bebé al pecho de la madre y cuanto mejor se vacía éste, más leche se produce. Es importante saber que el calostro (leche de los primeros días) es diferente de la leche madura y contiene mayor cantidad de proteinas, vitaminas y sustancias antiinfecciosas, y aunque inicialmente se segrega en poco volumen, es suficiente para alimentar al recién nacido.
También es aconsejable al principio alimentar al bebé a demanda, hasta que poco a poco vaya adquiriendo un ritmo en las tomas, no siendo necesario darles ningún líquido suplementario (agua, zumos, infusiones…) sin consultarlo previamente con su pediatra. Tampoco se recomienda la utilización de chupetes o biberones hasta que la lactancia se haya establecido correctamente, ya que pueden interferir el aprendizaje de la succión del pecho materno.
La mayoría de los problemas con la lactancia materna se deben a una mala posición, a un mal agarre o a una combinación de ambos. Una técnica correcta evita la aparición de grietas en el pezón. Independientemente de la postura que se adopte (sentada, tumbada..), madre e hijo deben estar cómodos y relajados.
La única higiene que necesita el pecho materno es la que se realiza con la ducha diaria, siendo importante antes de poner al bebé al pecho lavarse las manos con agua y jabón. Tampoco es necesario variar los hábitos dietéticos de la madre, recordando siempre que una dieta equilibrada y sana debe ser variada. Sin embargo, medicamentos y otras sustancias (alcohol, café, nicotina…) sí que se deben considerar importantes durante la lactancia, pues pueden pasar al bebé a través de la leche.
Por todo esto y mucho más, la ayuda, el apoyo y la comprensión del padre y de otros familiares (abuela, hermanas, amigas) son elementos esenciales para el buen desarrollo de la lactancia. Las técnicas y conocimientos acerca de la lactancia materna también están disponibles en la comunidad y existen grupos de apoyo a la lactancia en los que madres con experiencia pueden ayudar a otras madres a resolver problemas o dificultades y a amamantar con éxito, complementando así la asistencia proporcionada por los profesionales de la salud.

Eva Martín Aragón González
Centro de Salud Pública de Elda


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