Si queréis me identifico: soy el número xxxxx, ¿xxxxx?, sí, porque para este grupo inversor sólo somos números, meras herramientas para cuentas y balances de la explotación.
Están muy, pero que muy equivocados.
Somos personas con corazón y sentimientos, somos equipo, familia, amigos ellos sí que son máquinas, computadoras que buscan contabilizar beneficios.
Quiero invitar, como trabajador, como representante sindical de mis compañeros y compañeras afectados y sobre todo como persona, a los responsables de este grupo inversor a que vengan a Novelda, localidad por la que estamos luchando todos nosotros, y que hablemos cara a cara.
Repito, les invito a que vengan a dialogar porque me gustaría ver para quién narices trabajamos, día a día, con nuestro esfuerzo y sudor, y es que desconozco quién es mi jefe, a quién me dirijo y eso me niega oportunidades.
También quisiera pedir a mi Ayuntamiento, a todos los grupos políticos, que se dejen de rollos y le pongan un par, porque esto no sólo va a repercutir en el trabajador de fábrica, sino que también afectará al transporte, suministros y a todo aquello relacionado con la Piedra.
Y no sólo eso, afectará a la comarca, al pueblo y sus comercios, bares, cines, bancos, cajas, etc., porque si perdemos nuestros empleos no podremos comprar en las tiendas, cenar en restaurantes, ir al cine, ni al banco a ingresar algunos euros que es a lo que aspiramos la gran mayoría de humildes trabajadores, dando vida a la comarca. Eso sí, serán los bancos quienes vengan a nosotros pero para embargarnos el coche, la casa y las ilusiones por las que luchamos.
Por último, recordar a los sindicatos que su labor es defender al trabajador y no acomodarse en su sillón de despacho.
El cierre de las fábricas nos afecta a todos y somos todos quienes tenemos que luchar para solucionar el problema.
Es por ello que quiero invitar a todo el pueblo a compartir con nosotros la manifestación que celebraremos el sábado 31 de mayo en defensa de nuestros puestos de trabajo y nuestra dignidad.
Un trabajador de Bermármol