Todos y cada uno de los helados que se venden en Raúl Asencio están hechos de manera artesanal en su obrador, es decir, en el sótano que está ubicado justo debajo de la vitrina en la que éstos se exponen. De la heladera a la vitrina apenas hay unos metros. La frescura del helado está garantizada. La preocupación por la materia prima y por los procesos son dos de los tres puntales de su hacer.
El tercero sería, sin lugar a dudas, la variedad. A Raúl Asencio le gusta jugar y experimentar. En sus vitrinas hallarás sabores muy reconocibles, como los helados de panettone, de turrón o de matecao, entre otros. Sin embargo, también habrá sorpresas porque siempre están probando sabores y posibilidades nuevas.