De niño viví un año en Peñafiel. Ahora, llegada la madurez, llevo más de una década afincado con mi familia en Villena. Hace algún tiempo comencé a profundizar en el conocimiento de la emblemática figura que hermana a estas tierras: el Príncipe don Juan Manuel. Había en ella ciertos aspectos que me atraían particularmente. Un día viajé hasta el lugar en el que yacen sus restos mortales en busca de más información y encontré inspiración para escribir una emocionante historia. En ella el protagonista es un individuo al yo podría parecerme en algunos sentidos. Su mujer y sus hijos desenvuelven el relato que ha configurado a base de apuntes en un cuaderno, mensajes que recibe y unos capítulos dedicados a los siete pecados capitales, para dar cuenta de un formidable descubrimiento sobre la parte perdida de la obra del escritor de El Conde Lucanor. Pero llega un punto en el que resulta imposible discernir qué contenidos se ajustan a la realidad y cuáles no son más que producto de su fantasía…
Con todo, la principal intención de este ejercicio creativo no es otra que poner en valor el legado del ilustre caballero medieval, teniendo en cuenta el contexto al que pertenece, así como el rico patrimonio cultural que atesoran los lugares que frecuentó, junto a otros más que forman parte importante de mi biografía o en los que alguna vez he encontrado especial encanto.
Habrá quienes vean en varias ocasiones un exceso de enseñanzas cometido por alguien que se complace en practicar la labor educadora al igual que en aprender algo nuevo cada día, e incluso diversos fallos de aprendiz. Quien aspire a algo mejor o no encuentre lo que buscaba, que lo deje. Nada pido (a no ser disculpas por haber generado falsas expectativas), porque poco puedo dar. Pero es mi deseo ponerlo a disposición del gran público gratuitamente en este sitio (a través del cual también se puede contactar conmigo):
www.gonzalotrespadernearnaiz.site/mi-nueva-obra
Me apetecía contar esto que dejo en tus manos. Si disfrutas leyéndolo, en alguna medida, como he disfrutado yo componiéndolo, lo celebraré y me daré sobradamente por satisfecho.
Saludos, Gonzalo.