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Salinas

El poder sanador de la hipoterapia

En una visita a la Yeguada Salinas tuvimos la oportunidad de entrevistar a Paco Carbonell, gerente y alma de este centro ecuestre. Con más de 20 años de experiencia, Carbonell nos habló con pasión sobre un aspecto fundamental de su trabajo: la hipoterapia, una terapia asistida con caballos que ha transformado la vida de muchas personas.

 

¿Qué es la hipoterapia?

La hipoterapia es un tratamiento terapéutico que utiliza los movimientos de los caballos para mejorar diversas condiciones físicas y emocionales. La fisioterapeuta nos explica: “El caballo, por su estructura y forma de moverse, transmite al jinete una serie de impulsos y estímulos que no se pueden obtener de otra manera. Cuando una persona monta a caballo, su cuerpo debe adaptarse constantemente al ritmo y movimiento del animal, lo que genera una respuesta neuromuscular única”.

El término “hipoterapia” proviene del griego “hippos” que significa caballo y “terapia”, y está dirigida a personas con necesidades especiales, ya sean físicas, sensoriales o emocionales. Según Andrea, la fisioterapeuta, “la conexión que se establece entre el caballo y el paciente es clave. El caballo se convierte en un vehículo tanto físico como emocional para la mejora del paciente”.

Los beneficios para personas con discapacidad

Una de las principales aplicaciones de la hipoterapia es para personas con discapacidad física o psíquica. Paco nos cuenta algunos de los beneficios que ha observado en su experiencia: “Las personas con parálisis cerebral, esclerosis múltiple, autismo o síndrome de Down encuentran en el caballo una herramienta terapéutica muy poderosa. El simple hecho de montar, o incluso el contacto con el animal, les ayuda a mejorar su equilibrio, coordinación y tono muscular”.

Carbonell detalla cómo el movimiento del caballo simula el paso humano, lo que ayuda a los pacientes con dificultades de movilidad a desarrollar patrones de marcha más naturales. “Además”, añade, “el trabajo con los caballos mejora la autoestima y la confianza. Ver a una persona que no puede caminar montada en un caballo, logrando movimientos que no puede realizar por sí misma, es algo increíble”.

A nivel cognitivo y emocional, la hipoterapia también ofrece mejoras notables: “En niños con trastornos del espectro autista, el contacto con los caballos mejora la atención, la comunicación y la regulación emocional”, nos explica Carbonell. “Se trata de una terapia integral, donde el simple hecho de acariciar o cuidar al animal ya genera una respuesta positiva”.

El poder sanador en situaciones emocionales difíciles

Más allá de las discapacidades físicas o psíquicas, Paco Carbonell resalta el impacto que la hipoterapia tiene en personas que atraviesan momentos difíciles a nivel emocional.

El gerente de Yeguada Salinas relata cómo los caballos, con su gran sensibilidad, pueden detectar el estado emocional de las personas. “He visto caballos adaptarse a la energía de la persona que está con ellos. Si alguien está nervioso o triste, el caballo responde con calma y, de algún modo, se genera una conexión profunda. Las personas sienten que no están siendo juzgadas, lo que les permite relajarse y abrirse emocionalmente”.

Carbonell subraya el impacto terapéutico que puede tener simplemente pasar tiempo con los caballos: “El aire libre, el entorno natural y el contacto con el animal ayudan a reducir el estrés y la ansiedad. Los pacientes suelen describir la experiencia como un escape, una forma de reconectar consigo mismos”.

na terapia para todos

Para Carbonell, lo más importante de la hipoterapia es que puede adaptarse a las necesidades de cada persona. “No se trata solo de una terapia para personas con discapacidades graves”, señala. “Cualquiera que esté pasando por una etapa difícil en su vida, ya sea por problemas de salud mental, estrés o trauma, puede beneficiarse de la conexión con los caballos”.

En Yeguada Salinas han trabajado con personas de todas las edades y condiciones, y Paco confiesa que los resultados son sorprendentes en muchos casos: “Cada paciente es un mundo, pero todos comparten algo: salen de aquí mejor de lo que entraron. Para muchos, la hipoterapia no es solo una terapia física, sino una experiencia de sanación profunda”.

 


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