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Sant Joan

Vuelta al cole especial con mayor interacción social en el Aula Pedagógica del Hospital de Sant Joan d’Alacant

  • En el aula hospitalaria se ofrece atención educativa, orientación y apoyo a los menores ingresados y a sus familias en colaboración con los profesionales sanitarios
  • Las actividades desarrolladas, que incluyen el uso de nuevas tecnologías y la música, ayudan en el proceso terapéutico y contribuyen a detectar síntomas que requieren atención médica o psicológica

 

 

Sant Joan d’Alacant (14.09.23). En el Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant hay una vuelta al cole muy especial. Tal y como marca la normativa en vigor, los menores ingresados en edad escolar son tratados de una manera multidisciplinar, atención que incluye la faceta educativa, realizada por la Unidad Pedagógica Hospitalaria (UPH). Y este curso, por vez primera tras la pandemia, los alumnos van a poder interactuar de manera más normalizada al haberse retirado en julio muchas restricciones en el ámbito hospitalario.

“Este curso, excepto si se dan patologías respiratorias, en la mayoría de las situaciones, vamos a poder desarrollar nuestras actividades sin mascarillas y sin restricciones a la hora de juntar a los menores en el aula, lo que favorece la comunicación y la socialización de todos”, comenta Sonia Sánchez, la pedagoga del centro. Su intervención siempre está condicionada por las orientaciones y recomendaciones realizadas por el equipo sanitario que interviene en el proceso de hospitalización del paciente (pediatras, psicólogos, personal de enfermería, etc.).

El jefe del servicio de Pediatría, Raúl González, junto a la pedagoga repasan a primera hora de la mañana la lista de menores ingresados. Comentan su situación clínica y emocional, las pruebas que tienen pendientes y en función de eso valoran cuándo y cómo pueden acudir al aula hospitalaria, ubicada en la primera planta del centro, junto a la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UTA) y la zona de Pediatría, por lo que se mantiene un contacto muy fluido entre todos los profesionales que atienden a los chavales.

“Agradezco mucho que exista este servicio en el hospital; a mi hijo, aunque sea durante un rato, le viene muy bien hacer cualquier actividad que le ayude a desconectar y a trasportarse mentalmente a otro lugar”, señala la madre de un niño de siete años. Como por su patología no se puede desplazar hasta el aula, Sonia Sánchez acude a atenderle a la habitación y le cuenta un cuento.

Efectos terapéuticos

“El aula pedagógica presenta una doble función: por un lado, supone la garantía de evitar una desconexión a nivel escolar al permitir la continuidad del aprendizaje y, por otro, las actividades tienen efectos terapéuticos en nuestros pacientes”, destaca Raúl González, jefe del servicio de Pediatría del Hospital de Sant Joan d’Alacant. “Está demostrado que ayuda a reducir niveles de ansiedad, ya que posibilita la desconexión de sus posibles miedos o temores mientras realiza actividades en el aula y, además, facilita la interacción social con otros pacientes”, añade.

En el cole del hospital los menores se olvidan por un rato de que son pacientes y actúan con mayor naturalidad, como niños y adolescentes que son. “Cuando realizan sus actividades les observo, cuando tienes el médico delante muchas veces no te comportas igual, ésta también es una ventana para que se expresen y para estar atentos a posibles síntomas relacionados con la atención, la concentración o cualquier otro tipo de alteración que se deben atender desde el punto de vista médico o psicológico”, apunta la pedagoga.

La estancia media de los menores ingresados en el Hospital de Sant Joan es inferior a la semana. Sonia Sánchez siempre contacta con ellos y con sus familias desde el primer momento. No obstante, la atención educativa prioritaria es para los pacientes de la Unidad de Trastornos de la Conduta Alimentaria (UTA), cuya estancia media es de dos meses.

“La atención educativa va más allá de impartir una serie de materias y contenidos, sino que se trata de lograr una adecuada adaptación a la variedad de actividades recreativas y relaciones personales, que contribuyen a evitar el aburrimiento y proporcionarles seguridad y confianza”, comenta la pedagoga. Así, el aula hospitalaria dispone de muchos recursos educativos, adaptados a todas las edades y las actividades que se realizan son totalmente flexibles y personalizadas para cada alumno.

Pueden realizar tareas escolares, pero también hacer puzles, ver películas, dibujar, escuchar un cuento o, por ejemplo, jugar a las cocinitas. Y algo en lo que está especializada Sonia Sánchez es en la música. Dispone de un teclado e instrumentos de percursión. “Utilizo la música para trabajar aspectos como la lateralidad o el lenguaje a través de las canciones, la respiración o como medio para lograr la desinhibición de los pacientes”, comenta.

Los pedagogos hospitalarios deben tener formación, además de en magisterio, en nuevas tecnologías, en dificultades de aprendizaje, en salud mental, en trastornos del neurodesarrollo o en artes, que se aplican como un instrumento lúdico y recreativo.

La pedagoga mantiene un contacto estrecho con los centros educativos de Alicante, Xixona, El Campello, Mutxamel o Sant Joan d’Alacant donde están escolarizados los pacientes. Los profesores le informan de las programaciones y ella les mantiene puntualmente informados de las tareas que van realizando.

Gratitud

“Me gustaría agradecerte cada minuto que nos has dedicado, que me has querido y que me has valorado, para nosotros, nuestra enfermedad nos deja tan nulos que perdemos hasta incluso nuestra identidad”, señala una de las pacientes de la UTA. Ella, al igual que otros muchos alumnos, ha tenido el gesto espontáneo de escribir una carta de agradecimiento al irse de alta.

La unidad pedagógica también supone un respiro para las familias. Al contrario que sucede en un colegio normal, los padres pueden entrar al aula siempre que quieran. Al principio suelen estar siempre presentes, pero luego la pedagoga les aporta confianza y tranquilidad, ella misma les avisa si un médico requiere su presencia y está atenta ante cualquier síntoma de alarma y ellos también pueden desconectar un rato mientras sus hijos están allí. “Gracias por dejar que mamá se fuera por su café”, le indica una madre en otro escrito.

En definitiva, en la Unidad Pedagógica Hospitalaria se trabaja en diferentes áreas con actividades que se desarrollan en el ámbito curricular y lúdico-recreativo, se da una orientación personal y apoyo a la familia. Asimismo, la pedagoga está muy implicada. en el desarrollo de programas o acciones específicas que surgen del propio hospital (concursos de dibujos, postales navideñas, estrenos de películas, etc.).


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