Las celebraciones de Moros y Cristianos de Sax en honor a San Blas vivieron en el día de ayer su cuarta jornada, descubriendo así el final de los festejos. Prueba de ello, fue el traslado del santo a su ermita que tuvo lugar durante la mañana de ayer. Sin embargo, los actos comenzaron a las ocho y media con la tradicional Diana para media hora después iniciar la misa en la iglesia de la Asunción. De esta forma, a las nueve y media, las comparsas de ambos bandos se congregaron en los alrededores del templo para iniciar la marcha hasta la ermita, acto en el que se registró una notable participación de festeros.
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El inconfundible sonido de los arcabuces acompañó en todo momento el trayecto, mostrando, una vez más, la importancia de la pólvora durante estos días. Una vez en la ermita de San Blas, los festeros se vieron arropados por una gran cantidad de personas que esperaban este emotivo momento. Las buenas temperaturas fueron las protagonistas, junto a San Blas, de la jornada ya que, a pesar de que hacía frío, no llovió, por lo que los actos se pudieron desarrollar tal y como se tenía previsto. Cabe recordar que la lluvia deslució los actos del sábado por la tarde.
En un evento en el que la devoción de los festeros estuvo presente en todo momento, el patrón volvió al interior de la ermita hasta que vuelva a reencontrarse con su pueblo las próximas fiestas.