No es lo mismo meter la pata que meter la mano. Y es cierto que ha habido meteduras de pata por parte de algunas personas que han entrado en la política institucional, pero esto no las inhabilita para la gestión, máxime cuando han transcurrido apenas dos semanas desde que accedieron, únicamente pone de manifiesto que necesitan apoyarse en quienes están trabajando en los distintos ámbitos desde hace tiempo: movimiento feminista, sindicatos de clase trabajadora
Tomemos como ejemplo la medida propuesta por Manuela Carmena para llevar a cabo la limpieza de los centros escolares con cooperativas de madres, que más tarde hizo extensiva a los padres. Esto no es más que el fruto de la falta de experiencia en estos temas, ya que, aunque la propuesta puede parecer razonable desde un punto de vista simple e ingenuo, hace aguas por todas partes como ya le han hecho saber desde varios ámbitos. Otras cosa sería que la Alcaldesa Carmena hubiera propuesto que las actuales trabajadoras (progenitoras o no), de la limpieza de los centros escolares se constituyeran en empresas cooperativas y optaran al concurso de limpieza del Ayuntamiento, compitiendo o no, con otras empresas no cooperativas.
Y es que no es lo mismo meter la pata que meter la mano. Quien mete la pata es una persona inexperta; quien mete la mano es un ladrón o ladrona. La inexperiencia se suple con el asesoramiento y la práctica; el latrocinio sólo se suple enviando a quienes roban a la cárcel, y poniendo en su puesto a personas honradas, aunque sean inexpertas y puedan meter la pata. Concedámosles al menos los famosos cien días y después, critiquemos lo criticable.
Rosalía Sanjuán