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Elda

LA IGLESIA ANTE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La violencia contra las mujeres es una sangrante realidad en el mundo actual, y no solo en países o sectores sociales poco desarrollados. Con motivo del día Internacional de la lucha contra la Violencia de género, Caritas Interparroquial de Elda quiere unir su voz a la de otros tantos organismos que luchan por hacer desaparecer de nuestra Sociedad tan lamentable realidad.
Una realidad que tiene una expresión muy concreta en los malos tratos físicos y con mucha frecuencia en la muerte de mujeres a manos de sus parejas.
Pero hay otras expresiones de esa violencia, es la opresión que se ejerce en muchos casos con un control obsesivo que impide el desarrollo normal de la vida de pareja, y que desemboca en la violencia física.
Hay además unos factores de violencia estructurales que sirven de marco a esta violencia de género interpersonal: aún en países desarrollados como el nuestro, vemos cómo las discriminaciones económicas, laborales y judiciales son todavía muy insuficientes para que las mujeres en situaciones límites se sientan protegidas.
Desde la perspectiva cristiana, la violencia de género tiene su mejor antídoto en el reconocimiento de la igual dignidad de todas las personas, hombres y mujeres.
Esta afirmación de la dignidad de cada persona está en la entraña misma del mensaje de Cristo, como recordó Juan Pablo II en su Carta Apostólica dignidad de la Mujer.

El compromiso de la Iglesia.

Esta firme convicción de la igual dignidad de hombres y mujeres supone para la Iglesia una exigencia de compromiso contra la violencia de género. Y esto se concretará apoyando las medidas estructurales orientadas a la prevención y erradicación de toda forma de violencia contra las mujeres, ofreciendo medios de acogida y apoyo a las victimas.
La principal aportación de la Iglesia en este sentido será redoblar los esfuerzos en educar para el amor desde claves cristianas y humanistas, para entender que amar supone preocupación por la vida y el crecimiento de quien se ama, pero que eso no se debe confundir con dominación o explotación.

Pacen en terris

La Iglesia conmemora este año el 40º aniversario de la encíclica Paz en la Tierra, de Juan XXIII, quien propuso como fundamentos de la convivencia en paz: La verdad, que implica reconocer la dignidad igual de todas las personas y pueblos: la justicia que conlleva el reconocimiento de los derechos y deberes de las personas: el amor , como actitud que lleva a sentirnos solidarios unos de otros y es contraria a el egoísmo explotador: y la libertad, como actitud de respeto y contraria a toda opresión.
Estos cuatro pilares siguen siendo imprescindibles para las relaciones entre los pueblos, pero lo son igualmente para las relaciones entre los hombres y mujeres.
Por eso, ante el persistente y desgraciado fenómeno de la violencia contra las mujeres, todos deberíamos meditar y extraer las consecuencias de una luminosa frase: “ El amor es hijo de la libertad, nunca de la dominación”.

Fdo. Rvdo. José Rives Mirete
Consiliario de Cáritas Interparroquial


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