Tras un año de preparativos, coche, visados, vacunas, recaudación de fondos para ONGs, etc., etc., el día17 julio del 2009 salimos desde nuestro querido Onil con destino a Barcelona, padre e hijo cargados de todo tipo de materiales que íbamos a necesitar y sobre todo de muchísima ilusión y algo de recelo por lo que nos esperaba con nuestra querida Renault Kangoo 1.2 a la que llamábamos La Bestia, dispuestos a comenzar una gran aventura llena de solidaridad y que comenzaría al día siguiente simultáneamente desde tres ciudades europeas: Londres, Barcelona y Milan.
Según datos de la Organización en total eramos más de 400 coches todos con el mismo objetivo, poder llegar a Ulan Bataar capital de Mongolia y hacer la donación de todo lo recaudado y de los materiales que llevábamos, incluso hasta la misma furgoneta a las tres ONGs que nos marcaban los organizadores, el recorrido para cada equipo era libre, y cada uno podía elegir su ruta, las únicas normas eran que el vehículo no superase los 10 años de antigüedad y su cilindrada no excediese de los 1200 cc, también estaban prohibidos los GPS y solo podíamos orientarnos con brújula y/o mapas. La Organización en ningún momento se hace responsable de los participantes y sus actos, y estos tienen que solventarse cualquier tipo de problema, con todo esto se pretende darle un alto grado de aventura.
En nuestro caso, decidimos ir por Francia, Suiza, Alemania, Republica Checa, Austria, Hungria, Serbia, Bulgaria, Turquia, Irán, Turkmenistán, Uzbequistán, Tayikistán, Kirguizstán, Kazakhstán, Rusia y por fin Mongolia, donde cada una de estas fronteras nos ha dado montones de problemas y de dolores de cabeza y una inimaginable perdida de horas que restábamos al descanso y la conducción.
Hemos vivido momentos buenos, malos, muy malos, pero sin duda uno de los momentos más duros fué cuando estabamos en Tayikistan, en lo alto de un puerto de montaña y nuestro compañero Tomeu (Granito de Arena) miro al suelo y solamente con la cara que puso supimos que algo no iba bien, efectivamente era una avería muy grave en la caja de cambios que al final pudimos solucionar 2.500 km más tarde gracias a la gran imaginación de un Master Mecanic.
Aparte de este hemos tenido muchos más problemas mecánicos menos graves pero que siempre, a los que no entendemos de mecánica nos daba a pensar que la aventura había llegado a su fín.
Hemos conocido gente maravillosa y sobre todo muy amables, hemos visto la sonrisa de los niños y el agradecimiento de sus padres cuando simplemente hemos parado y hablado con ellos, y no te digo cuando les hemos dado cualquier cosa, hemos visitado ciudades maravillosas, Istanbul, Teheran, Khiva y Samarcanda entre otras, también hemos visitado el Darvaza Crater o Puerta del Infierno, en Turkmenistan, hemos acampado en toda clase de lugares, montañas, ciudades, canteras, desiertos; hemos tragado kilos de polvo, hemos pasado calamidades higiénicas y sanitarias, hemos pasado frío, hemos pasado mucho calor, hemos pasado tormentas eléctricas, hemos pasado tormentas de nieve, nos hemos perdido en varias ocasiones, hemos tenido que discutir con la policía corrupta, hemos estado enfermos, y también lo hemos pasado bomba viviendo cada minuto de esta experiencia, casi siempre acompañados de otros equipos con los que hemos compartido toda clase de problemas y toda clase de alegrías a los que nos ha unido una fuerte amistad y de los que nunca nos olvidaremos, en especial los Tramuntana Expres, Granito de Arena, Mans i Manigues, UlanSafor, El Equipo A Mongolia, MiniCong y Caravanserai, todos ellos co-participes de nuestro éxito: llegar a Ulan Bataar en el corazón de Mongolia el día 21 de Agosto, despues de 17 paises, 36 días y 16.600 kms.
Aprovechamos para agradecer a nuestros sponsors, familia y amigos todo el apoyo y animo recibido.
César Albero Mira y César Albero Esteve, – venim d´onil-