Con el comienzo de año llegan las primeras fiestas del tradicional y popular ciclo invernal de celebraciones españolas, al que una localidad como Sax ha sabido ser fiel, pese a la modernidad de su estructura social y económica.
Nos referimos a las fiestas de San Sebastián, que inmediatamente después de San Antón abren un sugestivo y cargado panorama que tendrá su cumbre con San Blas, continuará con Santa Eulalia, para cerrar con el epílogo del Carnaval. Ahí es nada
De momento, los aficionados a lo genuino tienen una cita inminente con San Sebastián en los actos festivos que organiza este fin de semana su Mayordomía.
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Frente a la consabida «evolución» y modernidad, de impronta burguesa, en aras de la espectacularidad, que la generalidad de las fiestas populares de nuestro entorno ha terminado por aceptar, las fiestas de San Sebastián de Sax son todo un remanso de autenticidad.
Aquí tendrán tradicionales fuegos de artificio (mascletás aéreas), la imprescindible Hoguera con mistela y pastas típicas a su calor, diana, actos litúrgicos y procesión de arcabucería que mantiene la mejor esencia de la soldadesca popular, antaño tan común en honor al Santo.
Además, por si fuera poco, sólo en San Sebastián podrán ya encontrar espectáculos tan divertidos como sencillos (ese es el secreto para que las dos cosas se cumplan), como las carreras y las danzas. Ambos eran momentos recreativos que antiguamente acompañaban cualquier fiesta local, pero se fueron perdiendo. Sin embargo, aquí, en los festejos de San Sebastián podrán encontrar estas competiciones únicas, con carreras de tanta raigambre como la Corta , la Larga o la Peña.
Fiesta imprescindible, como necesaria ha sido la revitalización de los actos que la Mayordomía de San Sebastián ha logrado en los últimos años gracias a un gran esfuerzo. Incluso, se han relanzado platos casi olvidados de la gastronomía local, como el trigo picao, tan suculento como digestivo en estos días de enero.
Sobre estas celebraciones tan típicas pueden consultar el artículo «Una fiesta tradicional y genuina» que nuestra Asociación publicó en 2003, pinchando aquí o este otro articulo de Antonio Amoraga, pinchando aquí